Los payasos de hospital relajan a los niños ingresados y reducen su ansiedad

Angélica González / Burgos
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Un estudio del psicólogo del HUBUAntonio García comprueba el efecto benéfico en su sistema cardiovascular y una recuperación de la normalidad más rápida al ser dados de alta

Antonio García Casal es psicólogo residente de cuarto año en el Hospital Universitario de Burgos. - Foto: Alberto Rodrigo

Parece que esa especie de lugar común que se ha sostenido siempre de un modo más o menos doméstico que dice que la risa es capaz de sanar y que la gente más optimista encara mejor las dificultades está empezando a tener visos científicos. El psicólogo y residente de cuarto año en el Hospital Universitario de Burgos Antonio García Casal asegura que los estudios en una especialidad tan reciente como la psiconeuroinmunología van en ese sentido, «en el de que la risa, el humor y el optimismo mejoran el sistema inmune y hacen que la gente se recupera más rápido». Pues García Casal acaba de subir un escalón más hacia esta hipótesis con su trabajo Efectos terapéuticos de los payasos de hospital sobre indicadores fisiológicos de ansiedad y bienestar psicológicos en niños ingresados en la planta de Pediatría y sus acompañantes, único en España que ha abordado este asunto (hay otros dos en Murcia y Mallorca pero que se ocupan exclusivamente de la ansiedad preoperatoria) y que  ha sido destacado por la Fundación Burgos por la Investigación de la Salud con el premio al mejor trabajo de un especialista en formación, entregado en el HUBU el pasado 26 de junio.

Los datos que se obtuvieron en el estudio que dirigió sobre la eficacia de la labor del grupo de payasos de hospital llamado Terapiclowns -que lleva cinco años trabajando, primero en el Hospital General Yagüe y ahora en el nuevo- con 37 niños ingresados en la planta de Pediatría del Hospital Universitario de Burgos (HUBU) y sus familias no dejan dudas sobre la reducción de la ansiedad que obtienen, en este orden, los padres, los niños y las niñas, porque el trabajo analizó el sesgo de género sin que los autores puedan explicar por qué los payasos de hospital son más eficaces con los varones.

En cualquier caso, lo que más  sorprendió de los datos obtenidos fue que se observaron variaciones en la tensión y la frecuencia cardíaca de los críos, lo que se podría interpretar en la dirección de un efecto relajante de los payasos sobre el sistema cardiovascular. «Esta reducción del estrés constatada a través de las variables fisiológicas es interesante ya que se ha planteado en la bibliografía existente que las intervenciones humorísticas en niños no solamente aumentan el estado de relajación y bienestar general sino que activan su respuesta inmune», explicó García Casal, que contó con Marta Ortega, residente de Cirugía Pediátrica, y Miriam Gutiérrez, residente de Pediatría, como investigadoras asociadas; Ana Molina, de Terapiclowns, y Sara Calvo, de la Unidad de Investigación del HUBU, como apoyo estadístico, y la complicidad de los jefes de servicios de Psiquiatría, Pediatría, Cirugía Pediátrica y la supervisión de Enfermería.

El psicólogo, que hizo esta investigación como trabajo de final de curso del Máster de Investigación en Psicología de la UNED,  no descarta seguir esta línea ya que lo que acaba de comprobar sobre la tensión arterial tendría, a su juicio, un correlato teórico en el sistema inmune «ya que si la persona se relaja deberían aumentar las células del sistema autoinmune y descender el cortisol, hormona que se segrega cuando hay estrés», algo que podría comprobarse tomando muestras de saliva a los críos. «Y ya en el plano de la ciencia-ficción -bromea- no sería inverosímil hacerles un electroencefalograma cuando ven a los payasos para ver qué les ocurre porque en un hospital no es difícil tener acceso a esta prueba».

Y mientras estos proyectos toman forma, García Casal no solo se ha llevado el premio a la mejor investigación de un residente en el HUBU sino que su análisis tuvo un gran éxito en las II Jornadas Nacionales de Payasos de Hospital, celebradas recientemente en Murcia, lo que constata la necesidad de un servicio de estas características en los centros sanitarios.

La supervisora de Enfermería del área de Cirugía Pediátrica, Isabel Zapatero, cuya colaboración en el trabajo fue, a juicio de García Casal, básica, asegura que la presencia de los payasos de hospital es un plus de calidad que se ofrece a los pacientes y a sus familias más allá de la atención puramente asistencial y que sería muy interesante que esta actividad se extendiera a los niños que van a entrar en el quirófano. En la actualidad, el grupo Terapiclowns realiza su actividad en la planta de Pediatría, la Unidad de Cuidados Intensivospediátricos, el hospital de día y las urgencias infantiles y lo hacen con pequeñas subvenciones o autofinanciándose sin recibir nada ni del HUBU ni de Sacyl: «La experiencia nos dice que cuando entran nerviosos en el quirófano salen igual pero cuando están tranquilos el despertar es tranquilo», asegura la enfermera.

A los niños participantes en el estudiose les hizo un seguimiento a los seis meses de alta que confirmó que tuvieron una adaptación más rápida a la normalidad que el grupo control, otros críos de las mismas edades -de 3 a 17 años- con los que fueron comparados  precisamente porque no habían presenciado ningún número de clown pero sí se entrevistaron con un sanitario sobre aspectos vinculados a su experiencia durante el ingreso. «Suele ser frecuente que tras una hospitalización los niños presenten alguna alteración de conducta y en este punto el grupo estudiado dio el mismo resultado que el grupo control. Donde se diferenciaron más fue en la recuperación de la normalidad, que fue más rápida en los que vieron a los payasos», precisa el psicólogo.

Los profesionales también fueron analizados en el estudio con resultados igual de positivos. Fueron encuestados 60 sanitarios y a la pregunta de si percibían a los payasos como una interferencia en la rutina de la planta el 91% contestó que ‘poco o nada’ y el 7%,  ‘mucho o muchísimo’. También se les requirió su opinión acerca de si esta actividad le aporta valor al servicio donde desarrollan su labor: el 46% contestó ‘mucho o muchísimo’ y el 52%, ‘bastante’.