Las catas del polígono desvelan un desfase de 1,3 millones en su coste

A.C. / Trespaderne
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Los 19 sondeos realizados en junio en su firme destacan la inexistencia del «terreno rocoso» con el que siempre se justificó el aumento desmesurado del presupuesto de las obras

El pasado 29 de enero, el contratista bloqueó con dos máquinas de su propiedad y un vehículo el avance de la máquina que iba a realizar las catas en el polígono. - Foto: A.C.

El último pleno del Ayuntamiento de Trespaderne ha dado a conocerlas conclusiones de los informes técnicos encargados por el equipo de gobierno para zanjar con el urbanizador del polígono industrial la liquidación de las obras, una cuestión que se dirime en los juzgados a los que se han remitido estos informes. El análisis del terreno extraído en las 19 catas o sondeos que se realizaron en el firme de sus calles el pasado junio arrojan la conclusión de que las certificaciones de obra presentadas por los directores de la obra y el contratista, Eugenio Fernández Valiente, suman 2.962.000 euros, pero la obra ejecutada tiene un coste de 1.598.768 euros, siempre según este informe municipal.

Ante estos datos, el exalcalde, José Luis López, y el teniente alcalde, Abel Fernández, no hicieron ninguna valoración en el pleno. Si el juzgado avalara estos informes, el contratista, que ahora reclama una deuda de 800.000 euros al Consistorio, se vería obligado a devolverle, al menos, 640.000 euros por las obras del polígono, la calle Santa Ana y el depósito de agua..

Una de las principales revelaciones de las catas, según los informes, es que «la aparición de roca en las excavaciones -de zanjas o de otro tipo- se ha demostrado que no existió, siendo terrenos de consistencia blanda». Frente a ello, la dirección de obra del polígono y la empresa siempre justificaron los aumentos de los presupuestos de adjudicación con el argumento de que habían encontrado roca y ello implicaba más trabajo.

Las catas, en cambio, han constatado que el terreno se encuentra constituido por un «primer nivel de limos arenosos, en ocasiones arcillosos...,con un espesor medio de entre unos 80 centímetros y 1,10 metros o más, que podemos considerar como terreno de consistencia blanda». Por debajo de este nivel de limos aparecen arcillas margosas y margas arcillosas que se consideran «terrenos de consistencia dura», pero ya se trata de profundidades superiores a 1,10 metros. «En ningún caso ha llegado a aparecer el terreno rocoso», concluyen los informes, que también han comprobado como el contratista utilizó zahorra natural y no artificial, como le exigía el proyecto. Según el proyecto, todavía en pesetas, la tonelada de zahorra natural costaba 440 pesetas frente a las 630 de la artificial.

Con estos datos, el técnico determina fase por fase cual fue el presupuesto de la obra en el proyecto, el precio de adjudicación, el coste de la obra real ejecutada y lo que certificaron los directores de obra. Los costes certificados están entre un 37 y 207 por ciento por encima de lo que el técnico municipal estima que era el precio real de la obra ejecutada.

La porción de obra donde el Ayuntamiento salió más perjudicado, según estos informes fue en la urbanización de la quinta fase.  El proyecto indicaba que su coste era de 1.564.000 euros. Se adjudicó de forma directa a Fernández Valiente por 1.568.000 euros y, aunque las obras no están concluidas, ya se han certificado 2.100.000 euros aduciendo la presencia de la roca. En cambio, el informe técnico municipal concluye que la obra ejecutada tiene un coste de solo 1.112.000 euros, un millón menos.

Calle Santa Ana

Además de en el polígono, el Ayuntamiento encargó cuatro catas más en la calle Santa Ana, realizada sin proyecto de ejecución, sin dirección facultativa, sin dirección técnica de obras o sin control de calidad, entre otras cuestiones. Esta obra que se adjudicó a Fernández Valiente por decreto de Alcaldía no contaba con un presupuesto de adjudicación, porque nunca hubo concurso.

Las facturas que presentó la empresa sumaban 176.750 euros, pero los informes municipales reducen el coste real a 91.933 euros. Las catas han constatado que los espesores de hormigón no se corresponden con el proyecto, al igual que la capa de zahorra sobre la que debía de descansar el proyecto. Tampoco el terraplenado tiene la profundidad de un metro exigida y la consistencia del hormigón no se corresponde con la marcada en el proyecto. El informe afirma que el contratista ejecutó esta obra «a su libre albedrío sin ningún control técnico, ni material, que haya quedado constatado».