«La campaña y los debates pueden tener efecto por el alto número de indecisos»

C.M. / Burgos
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José Pablo Ferrándiz, vicepresidente de Metroscopia

Este sociólogo e investigador principal de Metroscopia participó ayer en el coloquio Opinión pública y encuestas ante las elecciones del 20 D, junto a Marta Romero, subdirectora del Laboratorio de la Fundación Alternativas. El acto, moderado por el profesor de Ciencia Política Leonardo Sánchez, fue organizado por la Facultad de Derecho para que los alumnos conozcan la realidad de las elecciones.

La próxima cita electoral se presenta muy interesante para las empresas que realizan estudios de opinión. La intención de voto cambia por semanas y cualquier resultado es posible el 20-D. Ante una mayor oferta de partidos, los ciudadanos se están pensando más a quién dar su voto y así lo reflejan los sondeos.

Las encuestas echan humo de cara a las próximas elecciones generales con resultados cambiantes, ¿les resulta más complicado a la empresas de opinión interpretar esta nueva realidad política?

Vivimos una situación política muy diferente a la que estábamos acostumbrados. La lógica bipartidista ha saltado por los aires y ahora estamos en una lógica cuatripartidista o multipartidista y competitiva. Hay cuatro fuerzas políticas con capacidad de gobierno o de coaligarse entre ellas para conformar gobierno frente a la alternancia de PPy PSOE. Este cambio hace más compleja la realidad política y su interpretación.

¿Han cambiado la metodología para analizar esa nueva realidad?

La gente no miente ni ha mentido nunca en las encuestas. Ahora existe una mayor volatilidad, que significa que hay personas que en las anteriores elecciones votaron a un partido y ahora van votan a otro. Dos partidos nuevos han irrumpido con fuerza y puede que ocho millones de personas vayan a cambiar su voto, algo que nunca ha ocurrido, hacia los dos partidos emergentes. Las referencias de las empresas que estudiamos la realidad social y la opinión pública también han cambiado respecto al pasado porque hemos cambiado la lógica bipartidista y todas las referencias que utilizábamos para la famosa cocina, es decir corregir y analizar los resultados de los sondeos, han tenido que actualizarse. Es más complejo nuestro análisis porque se han perdido las referencias y podemos sentirnos menos seguros. 2015 ha sido el año en que mayor número de elecciones se han celebrado en España y ello nos ha permitido ir corrigiendo los distintos sesgos. Sabemos que cuando la gente dice que va a votar a un partido emergente lo vota.

Sin embargo, el posible resultado de las elecciones que realizó Metroscopia a finales de noviembre no coincide con el barómetro que ayer publicó el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)...

Nos hemos adaptado a la realidad y alguno que no se ha adaptado como es el caso del CIS, que no lo estoy criticando porque creo que hace una labor muy buena para la cultura de este país, pero es rígido en su funcionamiento y está interpretando una realidad con unas herramientas que son de otra lógica y no la actual.

Metroscopia aseguraba que había un triple empate del PP, PSOE y Ciudadanos y el CISda ganador al PP, aunque tendrá qué pactar, ¿dónde está la diferencia a la hora de hacer las encuestas?

El CIS hace el trabajo de campo cara a cara y las empresas demoscópicas, telegráficamente. De modo que ese trabajo de campo deben empezarlo antes, en este caso a finales de octubre, y tal y como va la realidad de rápido la fotografía que saca, sin ser errónea, se queda un poco anticuada. Cuando publican los datos difieren porque la fotografía está sacada en un momento diferente.

¿Los ciudadanos votan diferente si se trata de elecciones locales o generales?

Siempre se ha dicho que lo local marca lo nacional. Y en las elecciones locales ha habido cambios, algunos más sonoros que otros. Fue el inicio de lo que podrá verse en las elecciones generales. Partidos que han gobernado con mayoría absoluta se han visto obligados a hacer pactos, que probablemente también vayamos a ver a partir del 21 de diciembre. El partido que gane no tendrá mayoría absoluta. Tendremos que redefinir mejor qué es ganar. Ya no es tener más votos o más diputados porque puede haber dos partidos que se unan para acabar gobernando. Aquí no hay una cultura de pactos y tenemos que aprender todos, políticos y ciudadanos a que va a haber pactos, que no son ilegítimos y nos tendremos que acostumbrar a esta nueva cultura.

¿Estas elecciones están siendo especialmente mediáticas?

A partir de mayo de 2014, cuando Podemos aparece en el panorama político, tras las elecciones europeas, el resultado que obtuvo fue modesto pero por lo sorpresivo y cómo fue interpretado por la opinión pública. A los pocos meses Podemos estaba en primer lugar en la intención de voto, fue el vencedor moral y el resto de partidos políticos vieron la necesidad de realizar cambios. Ahora todos se lanzan a participar en programas de televisión. No sabemos cómo puede afectar positiva o negativamente o no afectar. La hipótesis es que, habiendo un porcentaje más elevado de indecisos, la campaña electoral y los debates electorales van a ser más importantes que en elecciones anteriores pero un debate electoral puede que nadie lo pierda y nadie lo gane, de modo que no habrá tenido efecto. Teniendo en cuenta que los españoles estamos retrasando la decisión de voto puede tener mayor efecto, no sabemos cuál.

¿Los resultados de las encuentra influyen en las estrategias de los partidos?

Ellos dicen que no y que no se creen las encuestas pero es verdad que están muy atentos a ellas; no sé hasta qué punto para cambiar su estratégica. El día 13 se publicarán las últimas y darán los resultados provinciales. En aquellas provincias en las que un partido político pueda ver que puede conseguir un diputado igual ponen más fuerza en ellas. Es un elemento más que tienen en cuenta a la hora de posibles modificaciones.

Cuatro candidatos nuevos frente a uno ya conocido, ¿quién es el mejor valorado?

Los que más rechazo generan ahora en la sociedad son Mariano Rajoy y Pablo Iglesias. Es curioso porque el segundo era el mejor valorado y subía en las encuestas. Sin embargo, ahora su sobrexposición a los medios y el hecho de que aparezca como una alternativa hace que otros electorados también le evalúen negativamente. Pedro Sánchez varía entre un saldo negativo mínimo y un saldo positivo mínimo que es lo que se pasa a Alberto Garzón. El único líder que a día de hoy tiene una evaluación positiva sigue siendo Albert Rivera, tanto entre los potenciales votantes del PP como del PSOE.