«En Villandiego encuentro la concentración para escribir»

Mariela Petrova / Villandiego
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ÓscarEsquiviasEscritor

El escritor delante de la iglesia de su pueblo. - Foto: Valdivielso

Más que para veranear, el escritor encuentra el lugar idóneo en el pueblo para aislarse y crear sus novelas gracias a la tranquilidad y placidez que le aporta el ambiente rural.

Villandiego (con n), el pueblo de los abuelos y la actual residencia de los padres del escritor Óscar Esquivias, se convierte en el lugar de trabajo para él durante los meses de verano. «Casi todas las novelas las he acabado de corregir o escribir aquí», señala, ya que es un sitio «que tiene mucha tranquilidad, donde puedo aislarme; el ritmo de la vida se acompasa y encuentro la concentración que durante el resto del año y en Madrid, donde vivo, no consigo hallar».

«Aquí nació mi madre y aquí vivían mis abuelos, así que venía a menudo. Cuando ellos murieron, mis padres compraron la casa y desde entonces vengo todos los veranos», apunta Esquivias, que describe su estancia «más como de trabajar que de vacaciones».

A pesar de que la mayor parte de su permanencia en la provincia la dedica a escribir, sí que siempre encuentra tiempo para pasear, que es una manera de rememorar a su abuelo, que ha sido gran andarín y siempre se hallaba en los caminos. Afirma que le «encanta» el contacto con la naturaleza. En este sentido, señala que «Burgos tiene una provincia muy variada y tiene mil rincones que a mí me atraen» y no es capaz de nombrar sólo un único lugar preferido, sino que desde el punto de vista paisajista menciona la belleza del Cañón del Ebro o del Rudrón y la Sierra de la Demanda. Dice que le «fascinan». Desde lo artístico- Villandiego que está muy cerca del Camino de Santiago y que está próximo a grandes monumentos como la iglesia gótica de Sasamón o el abundante patrimonio de Castrojeriz. Por «la experiencia humana» siente que los lugares a los que más vinculación tiene son su pueblo y el barrio de Gamonal de Burgos, donde ha nacido.

«Todos somos familia aquí» confiesa Esquivias a la pregunta de si guarda amistades, además de añadir que «la gente es encantadora, muy discreta, castellana ysobria», y que sus relaciones con las personas de la villa son «o de parentesco, o de amistad».

Villandiego ha dejado muchos recuerdos en el novelista y sigue creando nuevos, ya que es un sitio que visita de continuo desde niño. Como anécdota cuenta: «Con veintitantos años me diagnosticaron tuberculosis, estuve ingresado un tiempo en el hospital y después me dijeron que lo que necesitaba era estar al aire libre, en reposo y me vine al pueblo como los tuberculosos del siglo XIX o el XX que se iban al campo. Yo me vine aquí a recuperarme», comenta entre risas.

Óscar Esquivias, como una persona que participa activamente en las redes sociales, sobre todo en twitter, se toma un descanso de internet durante su verano en la provincia. La razón de ello, como manifiesta es: «No porque quiera aislarme, sino porque la cobertura es muy mala y es una tortura conectarse, así que me doy vacaciones cibernéticas por imperativo tecnológico, no tanto por voluntad, aunque para concentrarme, crear, escribir y descansar, me viene muy bien».

Azares de la vida

El destino lleva al escritor a Madrid en su intento de estudiar un doctorado en Historia de América y para poder trabajar con unos catedráticos de Alcala. «El doctorado no lo terminé, me tocó hacer la prestación social que sustituía el servicio militar y que objeté, luego me enamoré y por muchas circunstancias acabé en Madrid», lo que califica como «los azares de la vida que te llevan de un sitio a otro».

No hay nada que eche de menos de nuestra provincia, porque, como reconoce, «aunque vivo en la capital española, estoy continuamente en Burgos, y no tengo esa sensación de alejamiento o desvinculación, sino que todo lo contrario, es como si viviera en Burgos». Además, bromea que «los segovianos siempre dicen que Madrid es el pueblo más grande de su provincia, pues a mí me pasa un poco lo mismo, es como si fuera un municipio de Burgos y no noto diferencia, ni echo nada en especial de menos, porque no me siento alejado». Como algo curioso revela que no le gustan para nada las fiestas de Villandiego por el hecho del gran ruido que provocan y suele marchar a Madrid cuando llegan esas fechas.

Ahora mismo, el escritor está acabando su nueva novela para adultos llamada La Caja de los Truenos y para cuya creación confía mucho en «el aislamiento de la villa». «Si todo va bien, creo que para finales del año la tendré», indica. Como anécdota cuenta que, aunque es bastante reacio a la hora de hablar a cerca de las obras en las que está trabajando, sí que en una entrevista se le escapó el titulo de la novela, pero el periodista se equivocó al transcribirlo, renombrándola a La Caja de los Sueños, que se ha convertido en el título que circula por internet y que le parece «horrible» afirma el escritor, ya que se ha producido un malentendido.

Esquivias se encuentra centrado y totalmente dedicado a su obra novelística, aunque a veces le piden colaboración para artículos en los medios periodísticos. Es colaborador quincenal del Diario de Burgos. Como una cosa pendiente señala la ruta de los mejores lugares de patatas bravas por Burgos que ha escrito junto con Rilova para El País y que, como apunta «probablemente» saldrá en septiembre de este año.