Venuspasión

R.P.B. / Burgos
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La editorial burgalesa Notorius alumbra una lujosa publicación en la que hace un recorrido por las actrices más bellas del universo del celuloide

Ava Gardner: «Eres el consuelo de mis noches, el placer de mis días, el tormento de mis sueños...» - Foto: DB

Son consideradas diosas, mitos. La representación del canon clásico de belleza. La reencarnación de Venus. Esos iconos que han sido y son las actrices de cine son motivo permanente de admiración y revisión. Son eternas en la películas. En la memoria. Y en los libros, como el que acaba de publicar la editorial burgalesa Notorius. Se trata de Venuspasión, escrito por Diego Moldes. Un libro que combina texto e imagen, una delicia para los sentidos, una oda a la belleza femenina y a la magia del cine.Del cine puro.Del cine de verdad y con mayúsculas.Ese cine en el que estas diosas reinaron y marcaron época y crearon moda. A juicio del gran poeta Luis Alberto de Cuenca, autor del prólogo, Venuspasión es un libro «novedoso y originalísimo».

Habitan esta obra 56 mujeres, 56 actrices, 56 diosas. No están todas, según su autor. Pero sí las principales, aquellas que están ya instaladas en el pedestal de la memoria colectiva de los cinéfilos. De Ava Gardner a Monica Belluci, de Greta Garbo a Joan Crawford, dice su autor que no es una clasificación, ni de las más bellas, ni de las mejores intérpretes. «Se trata de una elección personal. Intenta ser una búsqueda fragmentada de la figura de la venus en aquellas actrices cuya aura ha dejado huellas más profundas en mi imaginación cinematográfica y literaria».

Hay consagradas a cada actriz dos páginas. Una, literaria, de semblanza o evocación. La otra es una fotografía. Y qué fotografías... «Existir como respirar, que decía Becket, existir fuera de la forma y pesar de ella.Existir es imaginar.Con este libro, he tratado de borrar esa dependencia que describe Seuphor, liberar a la imagen fotográfica y fílmica de su condición de objeto, por medio de la palabra. Tentativa que puede parecer inane, o lo que es peor, fútil, por imposible, pero necesaria para quien cree que, cada cierto tiempo, debemos liberar nuestra imaginación de las invisibles amarras de la cotidiana realidad».