Danzad, danzad...

DB / Burgos
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6 grupos de Burgos, Segovia, Palencia y Huesca participaron ayer en la XXVI Muestra de Danzantes y Danzadores

Las coreografías y vestimentas llaman la atención. - Foto: Valdivielso

Su origen se remonta a las antiguas fiestas del Corpus o La Tarasca, aunque en cada provincia se han arrimado a las costumbres con otros nombres o tradiciones. Comparten, casi todos, que son grupos de ocho varones, generalmente jóvenes, y que actúan acompañados de uno o dos personajes grotescos que en cada sitio reciben un nombre: zarragones, cachiburrios o tetines, como se les llama en Burgos, cuyo apelativo está vinculado al apodo de El Tetín que tenía un maestro de danza que lo fue durante 20 años.

Los trajes suelen ser también acordes con las respectivas tradiciones, pero suelen coincidir en la camisa blanca para los danzantes, las cintas a la espalda y las enaguas de encaje. Los zarragones o maestros suelen vestir, en cambio, colores llamativos y a veces arlequinados.

Para valorar y potenciar este tipo de danzas que ocupan un lugar destacado en nuestra cultura, pero que sin embargo corren el riesgo de desaparecer, la Diputación de Burgos organiza la Muestra de Danzantes y Danzadores, que ya va por su 26 edición. Ayer estuvieron en el escenario del Teatro Principal seis grupos de Burgos, Segovia, Palencia y Huesca, haciendo valer sus tradiciones y las características que los diferencian.

Actuaron los Danzantes de Santa Cruz del Valle Urbión (Burgos), Danzantes de Arcones (Segovia), Danzantes de Fuentelcésped (Burgos), Danzantes de Támara de Campos (Palencia), Danzantes de Redecilla del Camino (Burgos) y Danzantes de Yebra de Basa (Huesca).