«Todos tenemos estrategias para salir adelante tras un suceso dramático»

Angélica González / Burgos
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Patricia Acinas • Psicóloga especialista en atención en catástrofes y emergencias

Patricia Acinas. - Foto: DB/Valdivielso

La suavidad con la que habla, su dulzura y la paciencia con la que trata a quien un drama le ha partido en dos, son algunos rasgos que definen a Patricia Acinas (Burgos, 1973), una psicóloga que lleva 15 años especializada en la atención a urgencias, emergencias y catástrofes. A diario trabaja en el Hospital San Juan de Dios, es miembro de la Sociedad Española de Psicología Aplicada a Desastres, Urgencias y Emergencias (SEPADEM)y autora del capítulo dedicado a la gestión de comportamientos violentos e intentos de suicidio del manual ‘Psicología y emergencia’.

Después de la madrugada del pasado sábado nada va a ser igual en Zarzosa de Riopisuerga, que vio cómo un grupo de veraneantes perecía tras sufrir un accidente de tráfico en el Canal de Castilla. Entre ellos fallecieron una niña de seis años, otro de doce y dos jóvenes de 15 y 18 años. Hasta el lugar se acercaron bomberos, Guardia Civil de Tráfico, sanitarios del Sacyl y también un grupo de psicólogos expertos en emergencias que se ofrecieron a apoyar a los afectados en esos trágicos momentos. Patricia Acinas, psicóloga especialista en la materia, reflexiona sobre el papel que realizan estos profesionales.

Uno de los momentos más terribles del suceso fue cuando la madre de uno de los pequeños que finalmente murió se lanzó a intentar salvarle. En esta tremenda situación ¿cuál debe ser el trabajo de un psicólogo?

Normalmente lo que se hace es llevar a esa persona, cuando ya ha pasado la situación de emergencia, a un lugar donde tenga los menos estímulos externos posibles que le recuerden lo que ha ocurrido. Hay que ayudarle a expresar sus emociones como la impotencia, la pena o la tristeza. Tratamos también de buscar el apoyo de otros familiares para que no se sienta sola y hacemos de enlace con otros recursos como Atención Primaria o Salud Mental.

¿Qué se hace en el caso de la gente que se bloquea y no llora ni grita ni dice nada?

Acompañar, que no estén solas, porque hay mucho más riesgo de que luego puedan tener manifestaciones psicológicas que requieran atención. Se le intenta ayudar a expresar lo que sienten, se dan pautas a la familia y a los acompañantes de lo que tienen que hacer, de que no le agobien, de que tiene que comer y descansar sin obligarle demasiado porque eso ayuda a que después haya menos repercusión.

Hay personas con mucho temple en estas circunstancias. ¿Pueden actuar de cómplices de los psicólogos?

Siempre que el suceso no les toque muy de cerca, a veces nos pueden servir para recoger información sobre lo que ha pasado,  qué cultura hay en la zona, que factores están incidiendo, cómo son las características de las víctimas... Y esto nos ayuda a los profesionales a adaptarnos a la situación concreta.

¿El duelo tras una muerte tan trágica es más difícil de solventar al de otra más, digamos, convencional?

Hay muchas variables que influyen en el duelo. Cuando es una muerte esperada y ha habido posibilidad de despedida de la persona es mucho más fácil de elaborar que cuando son unas muertes tan trágicas como éstas, que fueron por la noche, con varias personas implicadas, entre ellas, niños, que eran gente conocida en la zona... Hay factores que pueden contribuir a que haya más dificultades de hacer el duelo pero puede haber otros factores protectores como un buen apoyo social o familiares fuertes que estén cerca y que hayan superado circunstancias difíciles en el pasado, que son esas personas a las que llamamos resilientes.

¿Entre la población general son más numerosos los resilientes o los que no lo son?

Somos más resilientes de lo que nosotros mismos pensamos. El primer impacto en una situación de este tipo siempre nos bloquea y pensamos que no podremos superarlo pero lo hacemos si tenemos gente cerca. Y si se nos hace más complejo siempre un profesional puede ayudarnos a sacar las estrategias que todos tenemos para seguir adelante.

Se dice que la pérdida de un hijo es lo peor que le puede pasar a alguien y que nunca se supera. ¿Esto es así?

Es una situación tan difícil que en español no hay una palabra para nombrar ese estado de la persona, como existe viudo para el que pierde a su pareja o huérfano para el que pierde a una madre o un padre. Es algo tan tabú que es más difícil solucionarlo porque no hay un reconocimiento social del hecho. Pero también es cierto que aunque no se olvide nunca se puede aprender a vivir con ello de manera que no impida hacer una vida normal y disfrutar de otras cosas, por supuesto acordándonos siempre de esta persona.

¿Existe algún riesgo de suicidio cuando esto pasa?

Sí, pero es bajo si tenemos factores que nos ayudan a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. El riesgo mayor es la soledad aunque se tenga gente cerca y el no tener capacidad para buscar ayuda. A veces los suicidios en estas situaciones son la manera de expresar la desesperanza y la desesperación que uno siente ante esa pérdida inesperada. Hay muchas preguntas para las que no hay respuestas.

¿La gente que cree lleva mejor estos dramas que los no creyentes?

Muchas veces el tener creencias espirituales -da igual que sean católicas o de otro tipo- ayudan en estas situaciones porque cuando no se cree pensamos que esto se acaba y que no hay nada más allá, que no hay trascendencia pero cuando las personas tienen creencias espirituales les ayuda a afrontar el problema de una forma más adaptativa.

¿Qué ayuda se les puede prestar a los profesionales -bomberos, policías, sanitarios- que se enfrentan a estos dramas aunque no lo vivan con el vínculo emocional de las familias?

Hay muchas maneras de ayudarles porque aunque estén acostumbrados se ven impactados y es normal que así sea. Me estoy acordando del caso de este accidente en el que se enfrentaron a la desesperación de la madre que intentó salvar a su hijo. Lo que se hace a nivel psicológico son unas técnicas de prevención de malestar en intervinientes (bomberos, policías, sanitarios) que se han enfrentado a una situación de emergencia que llamamos defusing y debriefing y que ayudan a lo que llamamos la ‘ventilación emocional’. La primera es más simple, se hace al terminar la jornada para que los profesionales puedan cerrar el malestar y continuar trabajando y la segunda, se hace 48 ó 72 horas después para cerrar todo lo relacionado con esa emergencia. Se deja ese tiempo para que ellos puedan poner en marcha sus propios recursos psicológicos y compartir con los compañeros sus sentimientos. Nunca se obliga a nadie a participar en ellas, por supuesto, porque está demostrado que no ayuda mucho pero también que son útiles para que no se desarrollen secuelas psicológicas posteriores.

El apoyo psicológico está organizando, algo que hace algunos años no era tan frecuente. En este caso participó el Grupo de Intervención Psicológica en Desastres y Emergencias...

Casi todos los colegios de psicólogos tienen un grupo de profesionales formados y con experiencia en intervención en emergencias, que están conectados con el 112 y cuando ocurre una situación con varias víctimas o en la que hay menores implicados se activa el grupo, se desplazan para atender a quien lo necesitan y luego suelen hacer la labor de enlace con el apoyo posterior. El GIPDE cuenta con dos coordinadores y cuando aparece una emergencia son avisados por el 112 y buscan al psicólogo que más cerca pueda estar del lugar en el que ha ocurrido el suceso.

¿Los medios de comunicación son cuidadosos a la hora de abordar tragedias como ésta?

Depende mucho de la sensibilidad del periodista. Si se hace un manejo cuidadoso puede ser beneficioso para los familiares porque suelen querer privacidad y no desean conceder entrevistas. Es bueno que sean otras personas las que hablen o que sean los gabinetes de prensa autorizados los que ofrezcan más información porque la van a dar más fiable y más real.

¿La presencia de políticos   alivia o puede crispar los ánimos?

Hay veces que puede servir para dar apoyo a las familias y hacer ver que están cercanos a la población pero en otros casos se aprovecha para plantear sus quejas en público, que no sé si es la mejor manera.