Bill y Melinda Gates luchan con su fundación, entre otras cosas, contra la epidemia de ébola. El creador de Microsoft sostiene como «realista» la posibilidad de que se produzcan graves epidemias que amenacen a la humanidad, también en el futuro. La Bill&Melinda Gates Foundation, uno de los mayores donantes en proyectos de desarrollo, ha invertido en la última década un total de 3.000 millones de dólares en subvenciones para desarrollar la agricultura en los países pobres. Su próxima aportación será una nueva inyección de dinero para la obtención de vacunas. Ayer vaticinó que en 2030 habrá medicamentos eficaces contra el sida...

En el continente africano mueren más de medio millón de personas al año a causa de la malaria. Actualmente, se dedican casi en exclusiva al ébola. ¿Es esa la dirección correcta? 

Tiene razón, más de 650.000 personas mueren por malaria. Es un problema constante que debemos solucionar. Sin embargo, el ébola es un caso urgente porque la enfermedad no solo mata a muchas personas, sino que también se puede extender a muchos países. En las naciones afectadas por el virus, los sistemas de salud se encuentran muy poco desarrollados. Por ello, los enfermos mueren no solo de ébola, sino también de malaria, entre otras patologías. 

¿Dónde hay que intervenir, entonces, con más vehemencia?

Debemos actuar con todas nuestras fuerzas en Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry. La clave es enseñar a la gente a no tocar los cuerpos de los infectados o muertos. El camino es conseguir mejorar la capacidad y reputación de los centros de tratamiento para que las personas acudan a ellos antes de estar demasiado enfermas y contagiadas. 

La fundación que preside dispuso 50 millones de euros para la lucha contra el ébola. ¿Con qué fines concretos? 

Mandamos trabajadores a Liberia y Sierra Leona. Sin embargo, la mayor parte del dinero se destina a medios concretos como trajes de protección y para el desarrollo de medicamentos y vacunas. Ahora hemos llevado unidades móviles de transfusión porque observamos que la gente mejora más rápidamente después de que le realizan los protocolos. 

¿Hay suficientes hospitales en la zona? ¿Podrían los países occidentales hacer más? 

La epidemia nos recuerda que las condiciones sanitarias en los países pobres son muy delicadas y que si no ayudamos a estos territorios, existe la posibilidad de que nos enfrentemos con una amenaza mayor y de un calibre mundial. 

¿Qué países concretos están luchando de forma más directa contra el virus del ébola?

En asuntos como la sanidad internacional, Alemania juega un papel cada vez más importante. Berlín ha elevado de manera significativa su contribución a los fondos globales para la lucha contra distintas enfermedades como el sida, la malaria y la tuberculosis, entre otras. 

¿Cree que lo peor ya ha pasado y que está todo controlado? 

Tuvimos suerte porque si el ébola se hubiera transmitido más fácilmente, se habría extendido mucho más. 

¿Qué nos ha enseñado la epidemia de cara al futuro sobre posibles nuevas exposiciones a infecciones y contagios?

No hay duda de que, en algún momento, en los próximos 20 años, surgirá una epidemia así. Debemos aprender del ébola: si fuimos muy lentos, si empleamos las herramientas correctas, si observamos los datos con atención. Debemos mirar hacia delante y ver dónde podemos hacerlo mejor en el caso de que tengamos que enfrentarnos a algo tan grande como este mal.