Un piromusical con música clásica

Roberto Rodríguez
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Pirotecnia Vulcano, de Madrid, sale ovacionada tras conseguir sincronización absoluta entre música y fuegos artificiales. Sube el presupuesto de Gamonal

Un piromusical con música clásica - Foto: Ángel Ayala

Ayer tocaba un espectáculo de exhibición que no entraba en el IX Certamen Internacional que se está celebrando en el centro. Se realizó, como viene siendo habitual, en Gamonal-Capiscol y consistió en un espectáculo piromusical.

Este año ha subido el presupuesto en 4.000 euros respecto al año anterior. Si en 2013 sonó música moderna y comercial, este año lo ha hecho clásica. Fue un piromusical de ópera italiana, zarzuela española e himno barroco inglés, piezas que sonaron a través de los watios instalados por Producciones Salas.

La versión del Himno de la UEFA Champions League fue tomada de la obra Zadock the Priest, del compositor barroco inglés George Friederick Handel en el siglo XVIII; estaba asociada como himno de la coronación de los monarcas europeos, principalmente británicos, y a una atmósfera solemne por acontecimientos similares en reciprocidad con Cristo Rey. Por eso la UEFA echa mano de estos acordes para coronar a los campeones del fútbol europeo.

Anoche no había partido de Champions League, pero en el campo de fútbol del Silo de Capiscol sonó la obra completa de Handel. Se escuchaban los ‘Rejoice’, ‘Aleluya’, ‘Amen’, ‘God Save the King’ sincronizándose magistralmente los floreos vocales y efectistas de los tenores, con volcanes de serpentinas de titanio, carcasas de coronas de kraker, peonías azules y espiga blanca; produciéndose toda una coreografía de fuegos a varios puntos y alturas, en consonancia con bajos continuos y contrastes armónicos.

Handel fue precedido de zarzuela española del compositor Giménez, con su Baile de Luis Alonso, en referencia a un personaje del Madrid castizo que conmemoraba numerosas celebraciones.
Fueron precisamente los castizos madrileños de la Pirotecnia Vulcano los que disparaban ‘al son de la zarzuela’ artificios como candelas de lentejuela y monotiros digitales, carcasas de figuras geométricas y corazones, impulsadas al escenario del cielo desde ‘bambalinas’ de cables y ‘camerinos’ informáticos. El diseñador del espectáculo, que curiosamente tiene apellido similar al compositor de la zarzuela, salió ovacionado por el respetable como si estuviéramos en ella, o en la ópera, pues también sonó La Gazza Ladra, del compositor italiano Giacomo Rossini.

En definitiva, fue todo un espectáculo de cultura, arte, armonía y sincronía; una noche sin actores ni cantores pero sustituidos por fuegos artificiales, una noche de Champions sin fútbol, pero con la magia de sus acordes al ritmo de los fuegos, y una noche en la que se ‘escucharon’ bravos, aleluyas y Amén.