Ernesto Antolín, en estado grave tras sufrir un desvanecimiento

G.G.U.-I.E. / Burgos
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El presidente del grupo está ingresado desde el viernes en el HUBU y ha sido operado 2 veces por un coágulo en la cabeza

El presidente ejecutivo del Grupo Antolín, Ernesto Antolín, ingresó el viernes por la tarde noche en el Hospital Universitario tras sufrir un desvanecimiento en su domicilio y caer al suelo, lo que le provocó un traumatismo craneoencéfalico. Los médicos del complejo burgalés le han operado desde entonces en dos ocasiones a consecuencia de un coágulo en la cabeza y permanece ingresado en estado grave.
Fuentes de la multinacional burgalesa explicaron que después de las intervenciones a las que había sido sometido, los facultativos informaron a última hora de la tarde a la familia que su situación es «de carácter estable» dentro de la gravedad.
Su ingreso de urgencia en la UCI se produce cuatro meses después de que asumiera la presidencia ejecutiva del Grupo Antolín, la primera multinacional burgalesa.  El 12 de febrero el propio Ernesto Antolín explicaba su llegada al cargo como un «paso lógico» que llevaba gestándose desde hace tiempo «con sumo cuidado para garantizar la estabilidad de la compañía y el servicio a sus clientes». Y que se cimentó especialmente en el acuerdo de diciembre de 2013, que permitió a la familia recuperar el 100% de la sociedad tras adquirir el 22% que estaba en manos de las antiguas cajas de ahorros.
La última gran operación que ha dirigido fue la adquisición de la división de interiores de Magna, la multinacional canadiense. Desembolsó  casi 500 millones de euros para conseguir que la empresa de su familia, duplique su tamaño y se convierta en la tercera del mundo, con unas ventas de 4.000 millones y una plantilla de 27.000 empleados (ahora son 15.469). 
El pasado 26 de febrero Ernesto Antolín fue reconocido con el Premio Emprendedor del Año que otorga EY (antes Ernst & Young). En su decimonovena edición, este premio, que cuenta con el patrocinio de BNP Paribas y la colaboración de IESE, reconoció al industrial burgalés, que recogió el galardón de manos del ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, en una ceremonia que se celebró en la Real Fábrica de Tapices de Madrid. 
Tras Ernesto Antolín, en el organigrama directivo de la multinacional le siguen su prima María Helena Antolín, vicepresidenta de la multinacional; José Manuel Temiño, consejero delegado, que se jubilará el 30 de junio, y Jesús Pascual, director de Operaciones. Su tío José Antolín Toledano es presidente honorífico.
En una entrevista en el Boletín de Coyuntura Económica de Cajaviva de junio de 2015 Ernesto Antolín considera que el futuro del sector industrial en Burgos «es esperanzador si se mantiene la senda actual de moderación de costes, flexibilidad, esfuerzo innovador y crecimiento de tamaño». Además, subraya que Burgos se encuentra en «una situación geográfica relevante dentro del eje atlántico europeo y de camino a Portugal y el norte de África». Aprovechaba ese foro para pedir a las administraciones que «incrementen la promoción exterior para atraer inversión y apoyar la exportación e internacionalización de las compañías locales».
Ernesto Antolín Arribas (Burgos, 1964) ha dedicado toda su vida a prepararse para el puesto que ocupa desde el pasado febrero: ser presidente del grupo familiar, el conglomerado de empresas en el que empezó a trabajar cuando ni siquiera había cumplido los treinta años. Entendía que era una gran responsabilidad, pero tenía el reto de conseguir que el Grupo Antolín mantuviera la tradición familiar que lo ha caracterizado desde el principio y que con estos mimbres pudiera convertirse en una de las mayores empresas del mundo. Dos objetivos cumplidos en estos meses al tomar el testigo de su tío José Antolín al frente de la empresa y doblar su tamaño comprando la división de interiores de la multinacional canadiense Magna Internacional.
Antolín Arribas, casado y con dos hijos, estudió Derecho y al poco de acabar empezó a trabajar en la empresa fundada por su padre, Avelino, y su tío José. Participó en la expansión del grupo desde que era muy joven, ya que se encargó de liderar la implantación de la compañía en la República Checa, pero la repentina muerte de su padre a mediados de los noventa por un infarto precipitó su ascenso en la compañía. En 1997 asumió la vicepresidencia y siguió impulsando la internacionalización por Asia, Estados Unidos, Latinoamérica, Rusia y también África, después de que el pasado octubre inaugurara una nueva planta en Tánger.
Tal y como ha sido costumbre en la familia, Ernesto Antolín es un hombre discreto y poco propenso a las apariciones públicas. Sus declaraciones son puntuales y siempre por una causa justificada: una operación significativa en el grupo (la compra de Magna, por ejemplo), un evento empresarial o un premio, como el que le concedió en febrero la firma de servicios de auditoría y fiscalidad EY como Emprendedor del Año 2014. Entonces, el ya presidente, afirmó que «la receta del grupo Antolín se basa en sentido común, mucho trabajo y un poco de suerte. Estos son los ingredientes principales, pero hay que aderezarlos con una pizca de compromiso, humildad y preocupación por las personas».
Unas palabras del modo de hacer de la saga fundadora de una empresa que no ha dejado de crecer desde su fundación en 1950 y que, con excepción de un breve lapso de nueve años entre 2004 y 2013, siempre ha mantenido el cien por cien del accionariado.