Emociones

@LouMatilla
-

"Una de las cosas que tenemos que soportar mientras vamos dando pasos, es vivir en una montaña rusa de emociones para las que muchas veces no estamos preparados y por ello se nos hacen difíciles de soportar"

Resulta vertiginosa la variedad de emociones que podemos llegar a sentir en un mismo día; a veces incluso en varias horas. Ojalá tuviésemos el poder de ignorar algunas de ellas cuando no nos hacen bien; pero eso es algo que se antoja muy complicado.

Han pasado meses desde aquel día de junio en el que empezó todo y hoy vuelvo a estar sentada delante de la puerta de la misma consulta. Estoy nerviosa; no puedo evitarlo. Me van a explicar qué va a pasar en el siguiente paso de este largo camino; para mí es muy importante, por eso los nervios. Cuando me llaman, me levanto y respiro hondo; vamos allá. Las personas que me cuentan la situación actual consiguen transmitirme una calma bastante importante gracias a su manera de hablarme y de responder a mis preguntas. Cuando salgo de allí, siento tranquilidad.

Ahora toca bajar a Oncología; hoy hay algo que me preocupa y quiero preguntar. La espera se hace larga y empiezo a ponerme impaciente, siempre he esperado tranquila pero hoy me cuesta. Escucho mi nombre, ya me toca. Por suerte, todo está bien; ahora toca sentirse alegre.

Las cosas están siguiendo su curso, todo está ya en marcha; ahora sólo queda esperar una llamada de teléfono para saber cuál será el día elegido y mientras espero es inevitable sentir ansiedad; las esperas son siempre lo más complicado porque como me dice siempre alguien ‘cuesta más pensarlo que vivirlo’; y qué cierto es.

Una de las cosas que tenemos que soportar mientras vamos dando pasos, es vivir en una montaña rusa de emociones para las que muchas veces no estamos preparados y por ello se nos hacen difíciles de soportar. A lo largo de nuestra vida nos enseñan matemáticas, inglés, historia, etc., nos educan para saber comportarnos en la mesa, en público…pero nadie nos da una educación emocional; nadie nos dice lo importante que es tener una inteligencia emocional para ser capaces de afrontar situaciones en la vida; ya sean buenas o malas independientemente. Todos hablan o incluso compiten por ver quién tiene mayor cociente intelectual pero nadie se preocupa de lo necesario que es el coeficiente de optimismo para primero aceptar las cosas que te sucedan y después, saber enfrentarse a ellas y conseguir ser felices en nuestras vidas a pesar de lo que nos pase, porque como dice Emilio Duró, no se trata sólo de sobrevivir sino de saber vivir.

Nervios, tranquilidad, risa, impaciencia, alegría, ansiedad, tensión e incluso el miedo, sobre todo el miedo, son emociones con las que vivimos casi a diario y aunque algunas de ellas no las mostremos, no significa que no las tengamos. Quizá debiera haber alguien capaz de enseñarnos o mostrarnos el camino para hacer esto más llevadero. Porque no se puede vivir de continuo en una montaña rusa de sentimientos. Ni nosotros ni nadie.