13 años de cárcel por agresión sexual a una menor

DB
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El varón, de 27 años, tuvo un noviazgo con la víctima, de 14 años. Se conocieron a través de las redes sociales y la obligó a mantener relaciones sexuales bajo amenazas

El Tribunal de Justicia de Castilla y León ha impuesto a Y.A.F. una pena de 13 años y 6 meses de cárcel por un delito continuado de agresión sexual con acceso carnal a una menor,  de 14 años. Además deberá indemnizar a la víctima con 18.000 euros por los daños morales ocasionados y no podrá comunicarse con ella en un tiempo mínimo de diez años.

Los hechos ocurrieron a finales de 2015, cuando el ahora condenado contactó con la chica a través de las redes sociales. Desde el primer momento ella le dijo que tenía 14 años mientras que él aseguraba tener 23 años (aunque en realidad tenía cuatro más) cuando iniciaron una relación que ambos consideraban como de noviazgo. Meses más tarde, dentro del horario de tarde en el que debido a su edad su madre le dejaba salir de casa, la víctima acudió a la vivienda del acusado junto a una prima del mismo, quien tras unos minutos, abandonó el lugar para ir a pasear a un perro. En ese momento Y.A.F. instó a la menor a mantener relaciones sexuales y ante la negativa de ella, amenazó con hacer daño a su familia, por lo que la chica terminó accediendo por miedo «cerrando los ojos y pensando que pasase lo que tenía que pasar», tal y como se recoge en la sentencia.

A partir de ese día se sucedieron infinidad de mensajes a través tanto de Facebook como de móvil en los que el condenando manipulaba a la joven con frases como «tienes que hacer las cosas como yo te lo digo porque te amo y eres mi vida». En otras ocasiones exigía a la chica que fuera a visitarle, le recriminaba que no se pusiera en contacto con él durante días, le pedía que se pusiera determinadas ropas  o le echaba en cara que quisiera «complicarle la vida porque si nos llegan a pillar tus padres o alguien que quiera hacerme daño me puede buscar la ruina».  

Ante la insistencia, la menor regresó en otra ocasión al domicilio del acusado, quien nuevamente valiéndose del miedo de ella a que cumpliera sus amenazas de hacer daño a sus familiares, sobre todo a la madre quien en esa época estaba embarazada, la forzó a mantener otra vez relaciones sexuales.

Los daños físicos ocasionados a la chica le obligaron a recibir asistencia médica en los días posteriores, lo que levantó las sospechas de la madre de la víctima, quien haciéndose pasar por la hija logró ponerse en contacto con el agresor y poner la correspondiente denuncia tras intercambiar unos cuantos mensajes, en los que él trataba de justificar que no había pasado nada y que quien había mantenido las relaciones sexuales era un primo suyo.

Los exámenes psicológicos realizados a la menor determinaron que sufría un cuadro clínico con sintomatología depresiva y un estrés postraumático con escala alta, precisando sesiones a lo largo de más de un año. Por este motivo el Juzgado ha impuesto al agresor, desestimado los recursos presentados por la defensa en los que se alegaba principalmente que las relaciones fueron  consentidas, a trece años y seis meses de cárcel.