Mauricia Ibáñez, la mujer cuya maternidad de mellizos a los 64 años hizo célebre en todo el país, ha sumado un pleito más a los que mantiene con la Administración. Primero fue por la custodia de su hija mayor, que le fue retirada por la Junta en 2014, y que terminó cuando el Tribunal Constitucional no admitió su recurso presentado contra la decisión de la Audiencia de avalar que la niña viva permanentemente en Canadá con familiares de la propia Ibáñez. En la actualidad continúa latente el que se sigue por las dos criaturas que dio a luz el año pasado tras haberlas gestado después de una fecundación in vitro realizada en Estados Unidos. Como se recordará, el área de Protección a la Infancia de la Gerencia de Servicios Sociales le quitó la custodia del niño y la niña y ella la está peleando en los tribunales. Pues bien, a éste se ha sumado hace unos meses un proceso más: Mauricia Ibáñez ha presentado una denuncia contra una funcionaria del Ayuntamiento a la que acusa de revelación de secretos.
Al parecer, la madre sexagenaria considera que se han vulnerado sus derechos porque una técnica del área municipal de Familia e Infancia trasladó a la Gerencia de Servicios Sociales un informe sobre el aprovechamiento que la mujer había tenido de un taller impartido por el Ayuntamiento sobre crianza de hijos, y lo hizo a petición de la propia sección de Protección a la Infancia de la Junta, que es la que lleva su caso.
Desde la Gerencia de Servicios Sociales del Ayuntamiento aseguran que este proceso no tendrá mayor recorrido pues recuerdan que no se ha trasladado a la Junta ningún dato de carácter personal sino que se ha hecho lo que es habitual entre administraciones: mantener la más absoluta de las colaboraciones cuando lo que está en juego es la custodia de menores. «Nosotros hemos actuado correctamente y como siempre se ha hecho», indicaron.
Ibáñez participó por iniciativa propia en un taller titulado ‘La educación afectiva de mi bebé’ celebrado en el cívico de Capiscol entre octubre y diciembre de 2017. Según el Ayuntamiento, la asistencia al taller no implica necesariamente el aprovechamiento exitoso del mismo «y en este caso concreto se observaron conductas y actitudes alejadas de lo que supondría una adecuada asimilación de los contenidos impartidos». Así, el informe daba cuenta a la Junta de que durante el desarrollo de las sesiones se observó que «la motivación para participar en el taller» de la mujer «estaba más basada en demostrar externamente su asistencia al mismo que en adquirir aprendizajes y mejorar su rol de madre».