Una trayectoria intachable y una inmensa vocación por el servicio público forman parte de un largo listado por el que el Sargento Comandante del Puesto de la Guardia Civil de Roa, José Arturo Abasolo, ha recibido la Cruz de la Orden del Mérito Civil.
Una condecoración que promovió el anterior equipo de gobierno de la villa en octubre de 2014 y de la que hizo entrega el teniente de alcalde de la actual corporación, Ismael Cristóbal, en un acto presentado por el exalcalde David Colinas. El homenaje, dijo, encuentra su justificación en «los méritos contraídos durante su trayectoria profesional y el celo demostrado en el cumplimiento de su carrera desarrollando una actividad incesante con resultados extraordinarios», resumió.
Natural de La Línea de la Concepción, en Cádiz, Abasolo ha desempeñado su labor en numerosos destinos: Alicante, Madrid, Barcelona, La Rioja, Pradoluengo, Villasana de Mena y Huelva. Territorios que no han logrado arrancarle su característico acento. «Mi madre sí me dice que ahora hablo muy fino», reconoce, entre risas.
Colinas apeló, además, a su conducta que «ha sido motivo de orgullo para sus superiores y ha servido de ejemplo para sus subordinados y compañeros. Junto a ellos ha participado en numerosas operaciones entre las que destaca la bautizada como ‘Escudos’ por la que recibió la Cruz del Orden del Mérito de la Guardia Civil, con distintivo blanco en el 2012. Reconocimiento que premió la «desarticulación de una banda portuguesa que cometió un centenar de robos en explotaciones agrícolas de la Ribera del Duero y esclavizó a 50 trabajadores extranjeros a los que daba cobijo en una finca de San Martín de Rubiales», tal y como publicó este periódico en febrero del año 2012. «Fue una operación de dimensiones considerables. Comenzó tras el homicidio de un hombre portugués en el año 2009. A partir de ahí comenzamos a investigar», recordó.
PREVENCIÓN. El exalcalde de Roa destacó los buenos frutos que han dado las actividades lideradas por Abasolo en materia preventiva de seguridad ciudadana. «Han tenido gran trascendencia para la demarcación tan marcada por su gran peso turístico, patrimonial y cultural», apuntó.
Palabras tras las que el Sargento reconoció el «orgullo y satisfacción por el homenaje», confesó, frente a sus compañeros y el Capitán de la Comandancia de la Guardia Civil en Aranda de Duero, Antonio Corchon, que quisieron acompañarle en el acto. «Seguiré trabajando en la misma línea para que Roa sea lo más seguro posible», prometió. «Pero esta no es una tarea de uno solo, sino de los guardias y el cabo que forman el equipo. Es un orgullo tenerlos a mi cargó», añadió.
Con su nueva medalla colgando del uniforme, Abasolo aseguró que fue una «sorpresa» enterarse de que había sido propuesto. «Es un reconocimiento al día a día». Jornadas que, en una pequeña localidad como la de Roa, tienen su dificultad. Las dimensiones del municipio, opinó, son «una moneda de doble cara: conoces de tú a tú a la gente, creas vínculos y eso unas veces te facilita la tarea y otras te las entorpece», confesó.
MUCHO MÁS QUE MULTAS. Del uniforme del sargento Abasolo también pende la medalla del centenario de proclamación de la Virgen del Pilar -patrona de la Guardia Civil- y la Cruz de la Real Ermita de San Hermenegildo por sus 20 años de servicio. «Por portarme bien», comentó, risueño. «Te la dan si no tienes notas desfavorables en dos décadas», puntualizó.
Buen comportamiento que, aseguró, continuará ejerciendo, pues no entiende su vida sin su ejercicio profesional: «Ser guardia civil para mí es un orgullo y, la verdad, es que no se qué podría haber sido si no lo fuera. Es mi vocación», garantizó. «No conozco otra vida mejor que esta. Seguro que las habrá, pero no para mí».