Fomento da por finalizadas las obras de la N-I pese a las quejas de alcaldes

M.J.F. / Briviesca
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Se cumple a rajatabla el plazo dado en diciembre de 2013 por el director general de Carreteras, Jorge Urrecho. Se acaba 2014 y se van las máquinas del tramo entre Monasterio y Cubo, por donde circulan 8.000 vehículos diarios

La entrada a Briviesca por el sur ahora tiene este aspecto. Como puede verse, el paso de camiones es intenso. - Foto: M.J.F.

El Ministerio de Fomento dio ayer por terminadas y abiertas al tráfico todas las obras incluidas dentro del proyecto de acondicionamiento del tramo Monasterio de Rodilla-Cubo de Bureba de la N-I en las que ha invertido 46,1 millones de euros a lo largo de 6 años. La noticia cumple perfectamente con los plazos anunciados en diciembre de 2013 por el director general de Carreteras del Ministerio de Fomento, Jorge Urrecho,  quien dijo que las mejoras programadas en los 29 kilómetros que separan ambas localidades burebanas concluirían a finales de 2014 pero no todos están contentos con el resultado. El pasado jueves, 13 alcaldes burebanos acordaron pedirá a Fomento que corrija una treintena de deficiencias que han detectado en sus pueblos tras las obras.

Estos ‘defectos’ que antes no tenía la N-I son rotondas demasiado estrechas, caminos agrícolas anulados y malas señalizaciones. Además, hubo regidores que se quejaron de que ahora, en numerosos pueblos el autobús de línea recoge y deja viajeros en las nuevas rotondas y no entra a los cascos urbanos lo que obliga a los vecinos a andar en algunos casos un kilómetro largo para poder tomar el autocar. Varios de esos 13 alcaldes declararon ayer a DB que seguirán «peleando» y que no darán marcha atrás en sus exigencias.

La idea es cumplir lo acordado en la reunión mantenida el jueves en Calzada de Bureba: elaborar un escrito por cada municipio con las reivindicaciones concretas sobre la N-I y adjuntarlos al texto común consensuado por todo los alcaldes. El regidor más beligerante, el de Cubo de Bureba, confirmó que en su localidad «sigue habiendo inquietudes» de manifestarse con apoyo de partidos políticos y plataformas vecinales frente a la Demarcación de Carreteras del Estado en Castilla y León Oriental, con sede en la capital burgalesa.

Las obras de acondicionamiento de la N-I entre Monasterio de Rodilla y Cubo de Bureba fueron adjudicadas en enero de 2008 y las primeras máquinas empezaron a verse dos años después. Los distintos subtramos se han ido abriendo al tráfico de manera progresiva ya que la actuación se realizaba sobre una carretera en servicio. Las retenciones de tráfico han sido una constante durante un buen número de meses en una vía por la que transitan diariamente 8.000 vehículos de los que casi 4.000 son pesados.

La pesadilla de las obras

En este tiempo, no han faltado las quejas por la deficiente señalización de las obras y por la mala visibilidad en horas nocturnas. Además, en algunos puntos, se han repetido choques por alcance como consecuencia de las largas colas de vehículos. Pero todo esto ya acabó. Fomento proyectó la nueva infraestructura para mejorar la accesibilidad, no solo de las localidades colindantes con la carretera N-I, sino también de los núcleos poblacionales de otros municipios del entorno, por conectar carreteras regionales o provinciales. El acondicionamiento ha afectado al tramo existente entre los puntos kilométricos 265,6 y 294,3 atravesando los términos municipales de Quintanavides, Castil de Peones, Alcocero de Mola, Prádanos de Bureba, Briviesca, Grisaleña, Berzosa de Bureba, Fuentebureba y Cubo de Bureba.

En conjunto, las obras han incluido 9 enlaces de nueva construcción y la remodelación y mejora de otros 2 enlaces existentes.  Además, se han construido 12 kilómetros de vías de servicio y cerca de 30 kilómetros de nuevos caminos de acceso a fincas con el propósito de reordenar los accesos a la N-I, añadiendo una mejora adicional en la seguridad vial, al regularse la accesibilidad desde las márgenes. Asimismo, se han creado dos tramos nuevos como variantes de las poblaciones de Briviesca y Calzada de Bureba.

El paso del Vallés, por fin seguro

El peligroso Cruce del Vallés (kilómetro 280) fue suprimido por fin el 1 julio de este año 2014 y sustituido por un puente y dos rotondas. En este ‘punto negro’ que tantas protestas ha generado en la comarca durante años, los accidentes de tráfico han sido frecuentes. Las últimas víctimas mortales, que ya han hecho historia, fueron un matrimonio vasco que perdió la vida en agosto de 2012 tras chocar contra un camión el turismo en el que viajaban. Ambos murieron en el acto y unos días después Fomento anunció que comenzaban las obras en el fatídico cruce. Por otro lado, a lo largo del trazado se han construido 10 pasos superiores, 2 pasos inferiores y una pasarela peatonal. También, se han construido 60 caños de hormigón, nuevos o prolongación de otros existentes, y tres canales, que aseguran el drenaje en las vaguadas interceptadas y se ha salvado además el río Oca mediante dos estructuras. Las obras se han completado con la señalización, el balizamiento y la instalación de barreras metálicas de seguridad y pretiles metálicos en puentes. Durante las obras, también se ha rehabilitado el firme de la carretera echando una capa de rodadura con características drenantes que facilita la conducción con lluvia.  En materia de integración ambiental, se han revegetado los taludes de terraplenes y otras superficies baldías empleando tierra vegetal e hidrosiembra.