La imposibilidad de tramitarlas deja sin cobrar cada mes 15.000 multas

N.L.V. / Aranda
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Las arcas municipales dejan de ingresar al año alrededor de 4,5 millones de euros al no recaudar las sanciones impuestas tanto por la Policía Local como por operadores de la ORA

Tanto los agentes de la Policía Municipal como los operadores de la zona azul imponen de media, cada mes, 15.000 sanciones por infracciones de tráfico. - Foto: diariodeburgos.es

El Ayuntamiento de la capital ribereña sigue teniendo como una de sus grandes asignaturas pendientes la gestión y el cobro de las sanciones impuestas por las infracciones de tráfico. Una afirmación que se hace más que evidente si se tiene en cuenta que, de media, cada mes, alrededor de 15.000 multas, contando tanto las impuestas por los agentes de la Policía Local como por los operadores de la zona de estacionamiento regulado, ORA, quedan sin tramitarse y, en consecuencia, sin posibilidad de recaudar su cuantía.

Esta realidad resulta especialmente preocupante cuando lo que se hace es calcular el montante que dejan de ingresar las arcas municipales ante la imposibilidad de dar salida a las sanciones. Tomando que cada una de estas multas suponga al infractor un desembolso medio de treinta euros, el Ayuntamiento de Aranda recaudaría por este concepto más de 4,5 millones de euros al año. Una cantidad que podría ser mayor ya que, dependiendo de la categoría de la irregularidad cometida, su coste puede elevarse, incluso, hasta los doscientos euros.

Frente a estos datos, sorprenden los que arroja la situación real. Aunque en estos momentos desde el equipo de gobierno se ha asegurado que se está mejorando en este aspecto, los datos que se manejan  en comparación con los que pudieran ser se antojan en cierta medida irrisorios, ya que en 2011 se recaudaron por este concepto del orden de 63.000 euros, que si bien suponen un incremento del cinco por ciento respecto a las cifras del año anterior, aún distan mucho de los 4,5 millones de euros que, potencialmente, pudieran pudieran cobrarse.

No obstante, desde el Consistorio siempre se ha defendido que detrás de la política sancionadora de tráfico, igual que con el funcionamiento de la grúa, no se encuentra un afán recaudatorio, sino un fin aleccionador y conseguir un comportamiento cívico y socialmente  responsable entre los conductores de vehículos. Por ello, son muchas las voces que consideran que, si se lograran mejorar  los índices de cobro de multas, repercutirían de forma directa en las muchas veces caótica situación del tráfico en Aranda.

En los últimos años se han realizado varios intentos por intentar dar respuesta satisfactoria a esta situación. Entre otras cuestiones, se destinó a un agente municipal a la tramitación de sanciones para impedir que, al no estar avaladas por la firma de un funcionario, pudieran ser recurridas con éxito las que sí que se tramitan. Sin embargo, la sección no da abasto debido al poco personal que tiene asignado. Una situación que empeoró cuando el año pasado uno de los administrativos adscritos al servicio fue reubicado, convirtiéndole en coordinador de la exposición Las Edades del Hombre.

Además, aunque en los últimos meses se ha anunciado la adquisición de un nuevo programa informático valorado en 60.000 euros para la gestión de multas, aún no se conoce demasiado sobre su funcionamiento y capacidad.