La obra para ‘pacificar’ Hortelanos ya está en el horno. El alcalde, Javier Lacalle, dio instrucciones este verano para que los técnicos buscaran fórmulas que mejoren la movilidad en el último gran punto negro del centro histórico. Así, pidió que se garantizara el tránsito peatonal y desapareciera el embudo que forman el edificio del Mercado Norte y las traseras de la calle San Juan, lugar que, por otro lado, es Patrimonio de la Humanidad como parte del Camino de Santiago.

La sección de Vías Públicas ya ha redactado el plano que servirá de apoyo a la Brigada de Obras para ejecutar la mejora, que se convierte en una ampliación de la peatonalización de la calle San Lesmes y cuya principal novedad es que eliminará 35 plazas de aparcamiento en ORA para acabar con el estrechamiento que se forma en el tránsito de la primera a la segunda plaza de la calle.

La previsión es iniciar las obras, que tienen un coste estimado de 150.000 euros, a finales de mes y que estén culminadas antes de la campaña de Navidad. El plano, que pueden ver junto a estas líneas, prevé prolongar el carril de circulación integrado en la zona peatonal para que los vehículos puedan seguir accediendo tanto a la primera bolsa de aparcamiento como a la segunda, pero convierte en grandes aceras el perímetro de las traseras y las dos primeras esquinas, de forma que en ese primer segmento quedará prohibido el estacionamiento.

«Eso nos permitirá dar continuidad al menos hasta la acera del Mercado, que ya conecta con la parte de atrás de la avenida del Cid. No es lo que me gustaría haber hecho, pero es un comienzo. Lo que no vamos a hacer es esperar sine díe a que se tome una decisión sobre el futuro del Mercado Norte», defiende el propio Javier Lacalle. El hoy alcalde no logró ejecutar una mejora integral de Hortelanos cuando era el concejal de Fomento de Juan Carlos Aparicio. Aparicio estaba convencido de que el proyecto del nuevo mercado saldría adelante, mientras que Laca-lle defendió la necesidad de incluir este espacio en la peatonalización de San Lesmes. Ha pasado una década y el viejo -y parcialmente inutilizado- mercado sigue ahí.