Los nuevos contenedores marrones recogen en abril 48 toneladas de residuo orgánico

A.R. / Burgos
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Los primeros recipientes se instalaron en marzo en las zonas del G-3 y Cellophane. Además, se están repartiendo entre estos vecinos más de 3.000 cubos gratis

El Ayuntamiento ya dispone de nuevos resultados sobre recogida selectiva de materia orgánica en los nuevos contenedores marrones ubicados en el G-3 y Cellophane. La concejala de Sanidad y Medio Ambiente, Carolina Blasco, asegura que el pasado mes de abril se recogieron 48.000 kilos de residuos frente a los casi 30.000 que se contabilizaron entre finales de febrero y finales de marzo. El dato es positivo porque supone dar un paso más en lo que al reciclaje se refiere, «pero aún queda mucho por hacer porque todavía se deposita muy mezclado», explica, al tiempo que incide en la necesidad de seguir apostando por acciones de información y sensibilización.

En este sentido, y con el fin de facilitar la recogida separada de materia orgánica a los ciudadanos, el Ayuntamiento ha dado un paso más y hace algunas semanas inició el reparto de cubos gratis a los vecinos de estos ‘barrios piloto’ elegidos para desarrollar la iniciativa.

 En total se van a entregar 3.000 con las indicaciones sobre qué residuos echar en el contenedor de color marrón. «Además, se seguirán realizando acciones de información y sensibilización en estas áreas, y de manera progresiva, se irán ampliando a otras áreas de la ciudad en las que todavía no hay contenedores de orgánica».

En concreto, los vecinos del G-3 (calles comprendidas entre la avenida de Islas Baleares, islas Canarias, Casa La Vega y río Vena) pueden recoger el cubo en el punto limpio de Islas Baleares en horario de 9 a 14 horas y de 17 a 20.  Por su parte, quienes viven en las calles Paseo de Media Luna, Castrillo del Val, Caleruega, Gumiel de Izán y Don Bosco deben acudir al centro cívico Las Huelgas los martes, miércoles y jueves de 17 a 19.30 horas. Eso sí, deben llevar una carta o recibo en el que aparezcan el titular y el domicilio para acreditar que viven allí.

De esta forma, se va a seguir informando de la importancia de separar estos residuos del resto de la recogida selectiva, y de lo que se deposita en el gris, que poco a poco debería ir reduciéndose, como por ejemplo, unas zapatillas, una escoba, un cinturón, un trapo…

«Normalización»

En la misma línea, Carolina Blasco apunta que «debemos estar preparados para que, en los próximos años, la separación y reciclaje de residuos sea algo tan normalizado que ningún ciudadano se plantee hacerlo de otro modo». Y pone como ejemplo que ahora  nadie se imagina a un bebé viajando sin sistema de sujeción, algo que nos autoexigimos, no ya por la sanción, si no como norma de conducta.

«Reciclar debe de ser la manera de respetar el medio ambiente, y el ciudadano debe ser el que exija que sea así, debe ser una actitud incorporada a cada acción de nuestra vida diaria», asegura la edil. E incluso va más allá y apunta que «hay que evitar generar residuos de forma innecesaria», un mensaje en el que hace hincapié el Plan de Prevención.