El consejero de Educación, Juan José Mateos, sostuvo ayer que buscará el consenso de las universidades públicas de Castilla y León ante la reforma que permite modificar la duración de los grados. Valoró que adapte el sistema español a la estructura europea y que introduzca mayor flexibilidad en el ámbito académico, si bien señaló que la Junta intentará que el modelo de la Comunidad mantenga un «orden» e introduzca los cambios dentro de unas «coordenadas».

 

Así lo aseguró Mateos tras participar en la Conferencia General de Política Universitaria en la que el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, explicó los cuatro reales decretos que el miércoles abordó con los rectores, que le pidieron más tiempo para debatirlos. Al contrario que la comunidad docente, varias comunidades se posicionaron a favor de la reforma, con cambios en la duración de los grados, el punto que ha creado más controversia hasta el momento.

 

Los detractores de la medida argumentan que poder elegir entre la fórmula de tres años de grado y dos de máster o cuatro de grado y uno de postgrado, podría crear ruido en el sistema nacional así como encarecer el coste de los estudios. Sin embargo, Juan José Mateos, valoró tres aspectos: que sea optativo, que fomente una mayor flexibilidad y que haya un calendario que lleve la ejecución de las modificaciones hasta el año 2015.

 

El consejero reconoció, además, comprender el motivo que ha llevado al Gobierno a realizar la propuesta para que el sistema universitario español se asemeje al que ya impera en la mayoría de las universidades europeas. Tras la reunión con los consejeros Wert aseguró que tan sólo plantearon discrepancias de fondo Asturias y País Vasco.

 

Otro de los puntos del orden del día a los que ha hecho referencia el consejero de Castilla y León es la posibilidad de que se valore la experiencia profesional igual o por encima que el currículum académico para acceder a un puesto como profesor de la universidad. Según Mateos, se trata de una propuesta que «dará la posibilidad de que personas con currículums brillantes desde el punto de vista laboral puedan acceder al profesorado si lo acreditan».

 

El consejero también consideró positivo que convivan académicos con profesionales y rechazó que pueda generar controversia. Así, apoyó «que se dé una oportunidad a quienes prefirieron otro tipo de formación y que en un momento determinado quieren poner en el aula sus conocimientos».