Solo hay dinero comprometido para unos 200 edificios de toda Castilla y León, unos 2.000 hogares en total, pero se espera que tras el impulso inicial de la Junta de designar 2 millones de euros vengan otros más que eviten que esta iniciativa encaminada a la mejora y conservación de los inmuebles construidos antes de 1981 no se quede en un esfuerzo invisible. Y es que, solo en Burgos capital ya habría, según los cálculos realizados por el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Burgos unos 5.700 hogares que cumplirían los requisitos que se exigen en las bases de las Ayudas a la rehabilitación edificatoria que publicó la semana pasada el Bocyl. En Aranda podrían optar unos 1.600, en Miranda 2.200 y en toda la región unos 15.000.

Con el convencimiento de que tras esta primera cuantía vendrán otras, el secretario técnico del colegio, Roberto del Amo, acoge la convocatoria de estas ayudas como una buena noticia que «llevábamos tiempo esperando». Y definió como «positivo» que las subvenciones, que rondarán de media entre los 800 y los 1.600 euros por vivienda, se enfoquen a la conservación de los inmuebles y a mejorar la accesibilidad y la eficiencia energética. Aspectos que defendió como una inversión para los propietarios.

Los edificios que se podrán acoger a estas deberán estar construidos antes de 1981. Se pide que el 70% del bloque tenga uso como vivienda residencial y que el 70% de los pisos estén ocupados como domicilio habitual por sus propietarios o por arrendatarios.

En esta ocasión, según destaca Del Amo, se trata de unas ayudas que van más allá de las que se han concedido en los últimos años y que se enfocaban hacia el ornato o la seguridad de inquilinos y viandantes... Aunque habrá incentivos para la conservación, también se persiguen otros objetivos. Entre otros, conseguir un ahorro energético en un país que debe hacer esfuerzos por reducir una factura global que le cuesta muy dinero. Un beneficio, tal y como defendió, que también notarán en su bolsillo quienes decidan acondicionar sus viviendas.

La cuantía máxima de las subvenciones no podrá superar el importe de multiplicar 4.400 euros por cada vivienda. Variarán, en cualquier caso, en función del tipo de actuaciones que se vayan a realizar.