El software libre hace pellas

H.J. | Burgos
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Cuatro alumnos del colegio Jesús-María editan un libro sobre el uso de programas alternativos en los colegios de Burgos, una tendencia creciente pero aún minoritaria

Fernán González, Vitor Sun, Andrés Alonso de Linaje, Alberto Vicente, cuatro jóvenes que han investigado sobre el software libre - Foto: DB/Miguel Ángel Valdivielso

Tienen 17 años, acaban de editar su primer libro y encima lo han escrito a 8 manos. Empezaron hace cuatro cursos, a meses, a ratos, y con paciencia y la inestimable ayuda de su profesor han conseguido ver publicado el fruto de un trabajo que les ha enseñado mucho más de lo que contienen sus páginas. Cuatro alumnos del colegio Jesús-María de la capital burgalesa han creado El software libre ¿realmente una alternativa? (Editorial Q), que analiza el uso de programas informáticos en las aulas burgalesas.

El software libre, a diferencia del comercial, es aquel que deja libertad al usuario para utilizarlo, copiarlo, distribuirlo y modificarlo. No es equivalente a gratuito, pero en la práctica así es, y se basa en el principio del conocimiento colectivo mediante el que las aportaciones de unos benefician a todos. Evita el desembolso que exigen determinados desarrollos, y sin embargo aún es minoritario, tanto en los hogares como en los puestos de trabajo y también en los colegios. Parecería que hace pellas, que es aficionado a los novillos, a saltarse las clases. ¿Cuál es la razón?

La respuesta a esta pregunta es lo que han intentado hallar Fernán González, Vitor Su, Andrés Alonso de Linaje y Alberto Vicente con la coordinación de Miguel Ángel Queiruga. La información se la pasaron los propios colegios que accedieron a colaborar con ellos, un total de 26, contestando un completo formulario. Y las conclusiones son, básicamente, que el software libre no se usa por desconocimiento.

«Hoy en día no es una verdadera alternativa», explica Fernán, el más hablador del grupo, «pero en buena medida porque no se conoce, por inercia de seguir utilizando los programas de siempre». Y eso que ellos han probado muchos libres y «algunos son mejores e incluso más intuitivos», explica Alberto, una vez que te acostumbras a los pequeños cambios de formato o de herramientas que implican.

lo de siempre. Ante las ventajas que ofrece el software libre en muchos sentidos, es difícilmente comprensible que «un gran tanto por ciento de los encuestados», tal y como recogen las conclusiones de los alumnos, «desconoce la existencia de determinadas aplicaciones». Y esto es porque «los colegios reciben muy poca información», y también por una estrategia exitosa de las compañías de software comercial que consiste, simple y llanamente, en entregar sus programas preinstalados en los equipos. Casi todos los centros utilizan para la ofimática, la navegación o el sistema operativo los nombres que primero se nos vendrían a la cabeza a cualquiera que no sea experto en ordenadores. Da la impresión de que nadie se hubiera molestado en buscar si hay otros mejores o más baratos.

Los cuatro estudiantes del Jesús-María sí que lo han hecho y han aprendido toneladas de bytes al respecto, pero también otros valores. «El trabajo en equipo», apunta Andrés. «Lo que cuesta editar un libro, que tiene tela», apostilla Vitor.

Curiosamente los autores del trabajo no van a optar por la informática. Ninguno quiere dedicarse a programar o a diseñar ‘cacharros’ electrónicos. Fernán quiere estudiar Periodismo, Vitor Derecho y Administración y Dirección de Empresas, Andrés apuesta por alguna Ingeniería y Alberto por la Medicina. Pero antes de empezar en la Universidad ya han cumplido con el sueño de muchos escritores e investigadores: su nombre figura en la portada de un libro.