Pescados y hortalizas vuelven a elevar el precio de alimentos básicos

G.G.U. / Burgos
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El Gobierno registra desde hace una década el importe de 28 productos y en el último año se han encarecido 18

La estadística semanal que elabora y publica desde hace más de una década el Observatorio de Precios de los Alimentos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha constatado, una vez más, lo que los consumidores ya sabían: el precio de los productos básicos volvió a incrementarse en el último año y a encarecer la cesta de la compra. En concreto, si el Gobierno registra el importe de 28 artículos, la estadística oficial apunta a que en el último año se encarecieron 18; casi todos pescados y hortalizas. En total, entre abril de 2014 y el mismo mes de 2015 se ha producido una subida del 0,3%.

Estos datos se refieren al desembolso que debe hacer el consumidor, no alude a los costes en origen ni tampoco a lo que se paga en las lonjas;una información que el Observatorio recopila por separado. En cualquier caso, la subida del último año implica que si el ciudadano podía hacer una compra muy generosa con un desembolso de 139,93 euros, ahora tiene que invertir 46 céntimos más. Una cantidad que, de forma estanca, parece muy asumible para las economías familiares, pero que si se analiza con perspectiva no lo es tanto. Hay que tener en cuenta que entre 2004 y 2014 el precio de los alimentos básicos se encareció más de un 13,6% y la información oficial más actualizada revela que la tendencia sigue siendo al alza.

Sin embargo, es cierto que hay que tener en cuenta que el incremento de precio de muchos productos básicos no puede analizarse sin tener en cuenta la estación u otros factores externos. Es decir, al observar la tabla adjunta, se puede ver que el precio del kilo de judías verdes ha pasado de 3,42 euros a 4,08 euros;pero hay que destacar que abril no es temporada de judía y, por lo tanto, es habitual que sea más costosa que en temporada. Otro tanto ocurre con las naranjas, por las que ahora se paga más que en invierno. Así, para analizar la evolución con más precisión debería hacerse una comparativa en el tiempo durante la época propia de consumo de estos productos.

Pero tampoco puede negarse que hay otros artículos atemporales que, céntimo a céntimo, mantienen la escalada de precio a lo largo de los años. Ocurre con el cordero, cuyo precio se ha incrementado en 68 céntimos en doce meses, pero en 2, 63 euros si se analiza la evolución desde que existe el Observatorio de Precios oficial. Y lo mismo puede decirse del salmón, un pescado de consumo habitual durante todo el año en buena parte de las familias en el que se da la particularidad de haber rebajado precio en el último año (setenta céntimos), pero lo ha incrementado casi en un 48% en la última década al haber pasado de los 7,54 euros de 2004 a los 11,15 de 2015.

En lo que se refiere a pescados, salvo excepciones como la merluza y el ya citado salmón, todos los demás se han encarecido. Ha ocurrido con las sardinas, las anchoas, el chicharro, la bacaladilla, la trucha, los gallos, la pescadilla, los mejillones o las chirlas. En algunos casos es un céntimo, pero en otros es más. Incrementos muy progresivos que en el día a día no se perciben, pero que al hacer la cuenta del gasto anual en alimentación, suma.

En lo que se refiere a la fruta, la evolución está más compensada. El Observatorio recopila precios de cuatro productos -manzana golden, limones, pera de agua y naranja tipo navel- y se comprueba que los dos cítricos han aumentado al alza mientras que manzanas y peras rebajaban precio.

Y es significativo que la ternera -el producto cuyo importe más aumentó entre 2004 y 2014, un 70%- cuesta ahora menos que hace un año al pasar de 17,61 euros a 16,26 el kilo. Un dato relevante, si se tiene en cuenta que es una de las carnes más demandadas y consumidas en los hogares españoles.  

La causa del paulatino incremento del gasto en comida no solo está en el precio con el que se marca a los alimentos básicos, sino que también tiene que ver con el tipo impositivo que se les aplica. Y en este sentido, no se puede perder de vista el incremento del IVA aplicado a numerosos productos en 2012, que ha repercutido en subidas directas e indirectas incluso en aquellos productos que siguen con el tipo superreducido del 4%: el pan, la harina, los huevos, la fruta, la verdura, las hortalizas, las legumbres, los tubérculos o los cereales. A todos se les aplica el mínimo y, sin embargo, siguen subiendo año tras año. ¿Por qué? Porque los costes de producción son más caros y eso acaba repercutiendo.