Corpus multitudinario

A.R. / Burgos
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Cientos de personas, muchas turistas, presenciaron la eucaristía en la Catedral y la procesión del Santísimo Sacramento. La asociación Pro Corpus incidió en la solemnidad de la fiesta con cuatro altares y un sinfín de pétalos

La lluvia de pétalos con que se homenajeó ayer a la carroza procesional del Corpus Christi,  a su salida por la puerta de Santa María de la Catedral, supuso uno de los momentos más emotivos de la festividad. De hecho, fue una de las grandes novedades incorporada este año a la celebración, que en los dos últimos años ha impulsado la Asociación Pro Corpus, creada en 2013 y que ya cuenta con 125 socios. «Nuestro objetivo es revitalizar no sólo la procesión, sino todo lo que conlleva», explicó José Ignacio Álvarez de Prado, presidente de este colectivo, quien recordó que otra de las novedades de este año fue la organización de varios actos en la jornada previa, la del sábado. «Y es que llegó a ser un día tanto o más importante que la propia procesión», matizó, de ahí su interés en recuperar la solemnidad que esta fiesta tuvo durante más de tres siglos y que a partir de los años 60 fue perdiendo su popularidad.

El toque insistente y prolongado de las campanas de la Catedral anunció ya desde primera hora que el de ayer era un día festivo. Ya a las 11.30 horas, arrancó en la Casa Consistorial la formación de la comitiva municipal.Estuvo presidida por el alcalde en funciones, Javier Lacalle, a quien acompañaron cuatro concejales, también en funciones, que no formarán parte de la nueva Corporación que se constituirá el próximo domingo:los populares Marisol Carrillo, María José Abajo, Esteban Rebollo y José Antonio Antón, y Rosario Pérez, representante de UPyD.

Tras la eucaristía en la Catedral, que fue seguida por cientos de personas congregadas no sólo en el Altar Mayor sino también en las distintas naves (muchos de ellos turistas y peregrinos), la procesión se convirtió en el gran atractivo de la mañana. Yes que en la comitiva participaron distintos colectivos, entre ellos cofradías, la Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes, los niños y niñas que han hecho este año la Primera Comunión, la Escolanía Pueri Cantores, los pequeños ángeles, seminaristas, representantes de las parroquias, el Cabildo, miembros del Ayuntamiento y la Diputación, la banda Ciudad de Burgos, así como Gigantillos, Gigantones y danzantes.

Los momentos más señalados  del recorrido se vivieron en los cuatro altares habilitados en la calle La Paloma (adornada con una alegoría de la fe), los arcos del Ayuntamiento (Virgen de Fresdelval), el Teatro Principal (imagen de Santa Teresa de finales del siglo XVIII) y el Arco de Santa María (talla de San José de las Madres Doroteas del siglo XVIII).

También resultó muy emocionante la parada en la Plaza Mayor, donde los danzantes hicieron el pasillo al arzobispo, Francisco Gil Hellín, quien protegido bajo palio accedió al Ayuntamiento cruzando una bella alfombra de pétalos elaborada por la Cofradía del Santísimo Sacramento de San Cosme y San Damián.  Una vez en el balcón consistorial, bendijo a la ciudad.

La procesión concluyó en las escaleras de la Catedral, donde el Santísimo Sacramento, antes de volver al interior del templo (se pudo visitar hasta las siete de la tarde), fue alzado al son del himno nacional.  

Como todo es mejorable, y dado que ya ha empezado la cuenta atrás para la celebración de 2016, desde la Asociación Pro Corpus lamentan la lentitud con la que se desarrolló en algunos momentos la procesión, algo que achacan en parte al «agobio» de los padres que acompañaban a sus hijos vestidos de Primera Comunión. «Hacemos un llamamiento para que en años venideros no entorpezcan el desarrollo del acto», dijo Álvarez de Prado. Asimismo, pidió que en próximos ejercicios se puedan engalanar más balcones y fachadas de casas con colchas y mantones de Manila, como se hacía antaño. «¡Hasta que se repitan las imágenes de los años 50, aún nos queda mucho!», concluyó el presidente de Pro Corpus.