La Catedral es una joya del patrimonio mundial, pero de la que, sin embargo, las personas con discapacidad todavía no pueden disfrutar en igualdad de condiciones con respecto al resto de la sociedad. Así que, aprovechando la celebración del VIII Centenario de la colocación de la primera piedra -que se alcanzará en 2021, pero ya se conmemora-, 58 asociaciones de personas con capacidades diversas se unieron para desarrollar un proyecto que ayude a visibilizar más la desigualdad que afrontan sus usuarios. Para ello, organizaron una serie de actividades en noviembre cuyo colofón se pone este fin de semana, con la plaza de Santa María como punto neurálgico.

Allí se han instalado dos carpas en las que todo el que quiera pasar puede ponerse en la piel de alguien con discapacidad física o sensorial, a través de circuitos en los que tendrá que poner a prueba sus habilidades para sortear las barreras del día a día. La jornada se completa con una comida de hermandad, talleres para niños (pintacaras, música y dibujo, marcapáginas...) y visitas accesibles con guía a la Catedral. Mañana será el día del deporte adaptado: baloncesto y rugby sobre ruedas, además de un circuito de senderismo con las sillas específicas para ello (joëlette).