Explosión de mil colores

I.P. / Burgos
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Varios cientos de felices adolescentes y jóvenes no perdieron la ocasión de 'rebozarse' con los polvos 'gulal' en el Festival Holi

La Noche Blanca empezó de día y se fue tiñendo de mil colores, como las caras y la ropa de los varios centenares de atrevidos que se dieron cita a las seis de la tarde en la céntrica Plaza de la Libertad en el primer pase del colorido y sonoro festival Holi, una de las aportaciones de la Fundación Caja de Burgos a la noche mágica que vivió la capital, y que volvió a repetirse un par de horas más tarde. Público mayoritariamente adolescente y joven -aunque también algunas mamás y papás con sus peques- para disfrutar como niños de este novedoso espectáculo enraizado en la tradición  hindú y que amenizaron sobre el escenario los bailarines y bailarinas, ataviados con maravillosos trajes tradicionales e igualmente coloridos, del grupo Bhangra Spain Jasvinder Sigh y la animación de Asamanvaya Bailar en Rivas y Laskmi.
Al ritmo de la peculiar música, los polvos de colores -denominados ‘gulal’- sobrevolaron sobre la plaza creando un arco iris que acabó en una nube, afortunadamente no tóxica, sino de solidaridad, alegría y abrazo multicultural, que están en el origen de esta tradición importada desde tantos y tantos kilómetros. Al mismo tiempo, es una fiesta que ensalza la primavera, el fin de la oscuridad y el estallido de la madre naturaleza. Y la propia Fundación Caja de Burgos ha querido aportar esos valores que están en la propia filosofía de su proyecto: solidaridad, educación, cultura, medio ambiente, investigación, salud y bienestar, a los que también pintan con esos colores primarios que fusionados acaban dando color a la vida. Así lo vivieron también ayer los asistentes a los pases de la fiesta del ‘gulal’, que quisieron envolverse de pies a cabeza en esos colores. Muchos de ellos acudieron a la plaza del Cordón de blanco, siguiendo la recomendación de la entidad promotora, pero pronto sus rostros, sus manos, su pelo y su vestuario acabaron cual paleta de pintor. Y tras la fiesta, a la ducha.