La Catedral se vuelve convento

I.L.H. / Burgos
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Ad Lib Créations, la compañía que cada año ilumina la Catedral en la Noche Blanca, le ha cogido el punto al templo. Domina las dimensiones del rosetón, las agujas y las galerías hasta crear ilusiones ópticas con ángeles y santas de por medio

Ad Lib Créations, la compañía que cada año ilumina la Catedral en la Noche Blanca, le ha cogido el punto al templo. Domina las dimensiones del rosetón, las agujas y las galerías hasta conseguir crear ilusiones ópticas con ángeles y santas de por medio.

Anoche el espectáculo Huellas, en el que se narraba la vida de la religiosa de Ávila en el quinto aniversario de su nacimiento, convirtió a la Catedral en un convento. Por las galerías reconvertidas en claustro paseaba Santa Teresa ensimismada en sus pensamientos y oraciones; sus torres se llenaban de vidas de los santos que marcaron la biografía de la fundadora de las carmelitas, y en sus puertas aparecían los libros y reflexiones que escribió durante su época de clausura.

La voz del narrador apuntaba los rasgos principales de la vida de esta mujer que fundó en Burgos el último de sus conventos, el de San José y Santa Ana, que este año se ha convertido en lugar de peregrinación de decenas de ciudadanos. Con efectos de llamas, cielo estrellado, ángeles que caían del cielo, páginas de pensamientos y hasta las gotas de la ensoñación, Huellas iluminaba la Catedral con una amalgama de matices de colores, resaltando su arquitectura, la policromía que debió tener y las posibilidades de un templo que ayer fue el convento más grande y luminoso de los que creó Santa Teresa.

La Catedral resultó anoche más hermosa, femenina y espiritual que nunca; el milagro de la luz se alió con la escritora, religiosa y santa. «Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda; la paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta: Solo Dios basta». Con los versos de la protagonista, el espectáculo despedía a los espectadores en un bucle que se repitió durante más de tres horas.