El gasto farmacéutico cae un 33 por ciento con el nuevo sistema de copago

Ical / Valladolid
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Castilla y León fue la segunda comunidad autónoma que más redujo la factura de la farmacia en julio, sólo superada por Murcia

El gasto farmacéutico cae un 33 por ciento con el nuevo sistema de copago

El gasto farmacéutico registró un importante descenso en Castilla y León del 32,96 por ciento, al pasar de los más de 56 millones de euros de julio de 2011 a los 37,5 del pasado mes. Esta caída fue muy superior a la del 23,93 por ciento contabilizada a nivel nacional, donde se pasó de 923,9 millones a 702,8, la mayor desde que se elabora el registro, según el Ministerio de Sanidad. El gasto medio por receta en la Comunidad cayó en julio un 15,7 por ciento, hasta situarse en los 10,67 euros, cifra ligeramente superior a los 10,42 euros de España donde descendió un 11,41 por ciento.

Este descenso del gasto farmacéutico coincide con la adopción por parte del Gobierno, en este primer semestre del año, de medidas de contención del gasto, tales como la revisión de precios, la actualización de los precios menores y el fomento de los medicamentos genéricos.

Las cifras más bajas alcanzadas en julio de este año coinciden con la puesta en marcha de las nuevas medidas de equidad, «donde aporta más el que más tiene, a la vez que salvaguarda a los que menos tienen, como los parados de larga duración, que por primera vez quedan exentos de pagar por las medicinas».

El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad agradeció a las comunidades y a los profesionales sanitarios «su esfuerzo y su apuesta por la promoción del uso racional de los medicamentos, que redunda en beneficio de la salud de los ciudadanos y contribuye a la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud».

Por comunidades autónomas, las que más han reducido el gasto en julio fueron Murcia (35,02 por ciento), Castilla y León (32,96), Castilla-La Mancha (30,93) y Madrid (30,47 por ciento). El País Vasco es la única que incrementa el gasto en farmacia, pasando de 43,6 a 44,8 millones de euros, lo que supone un incremento de gasto de algo más de 1,2 millones de euros (2,5 por ciento) respecto al mismo mes del año anterior.

Seguirá la caída. En este sentido, la Consejería de Sanidad auguró, tras analizar los excelentes datos, que durante los próximos meses se mantendrá una disminución del gasto con respecto a los mismos periodos del año anterior debido a la reducción de recetas y la aplicación del resto de medidas farmacéuticas, aunque consideran que no se llegará a una reducción tan importante como la que ha tenido lugar el pasado mes de julio.

Así, el departamento que dirige Antonio Sáez sostuvo que el gasto farmacéutico en receta en Castilla y León mantiene una tendencia decreciente desde el año 2010, debido a que el gasto en recetas se ha contenido (al pasar de un crecimientos en torno al cinco por ciento en 2009 hasta un crecimiento inferior a un punto en la actualidad) y a que el gasto medio por receta también ha disminuido, gracias a la aplicación de distintas medidas estructurales como los precios de referencia, las revisiones de precios menores, la aplicación de descuentos o las medidas de contención de gasto farmacéutica aprobadas por la Comunidad.

Más equitativa. Además, la Consejería de Sanidad recuerda que el pasado 1 de julio entró en vigor el nuevo modelo de aportación de recetas, lo que ha tenido, a su juicio, «un importante» impacto en la prestación farmacéutica, pues incorpora una aportación para las recetas más equitativa, teniendo en cuenta el nivel de renta del usuario y no sólo el régimen del paciente.

Estas modificaciones en la aportación han supuesto un cambio en el comportamiento de la evolución del número de recetas facturadas, tanto en los meses previos como en el primer mes de aplicación de la norma. Las modificaciones en la aportación promovieron que los pacientes adquirieran todas las recetas que tenían disponibles, hasta el último día de junio, para evitar incidencias con el cambio en los primeros días.

Además, las farmacias facturaron todas las recetas dispensadas antes del primer día de julio, algo que no ocurre habitualmente, ya que no se producen de forma simultánea la adquisición por el paciente y la facturación de las recetas por parte de las oficinas de farmacia.