Abstemios y precavidos

I. Elices / Burgos
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Los aficionados a los coches no hacen botellón en San Amaro y es raro que los conductores den positivo en los controles • En Villalonquéjar se sitúan en lugares estratégicos para avisar de que llega la Policía

 
 
La Policía Local cree que estos encuentros se programan en la actualidad a través de grupos de Whatsapp y no a través de redes sociales como Facebook o Twitter, que son más rastreables. Es más, ahora mismo las concentraciones ya están tan institucionalizadas que todo el mundo sabe que los viernes de 23 a 24 horas hay ‘fiesta’ en San Amaro. Antes incluso elaboraban carteles anunciadores, pero ya ni hace falta. Otra cosa es que acaben ‘echándolos’ de donde ahora se reúnen y necesiten publicar el nuevo punto de reunión, si es que siguen con ganas, después de tanto control.
El ambiente que se vive en los bajos del módulo de atletismo de San Amaro es cuando menos curioso. A eso de las 11 de la noche comienzan a llegar los primeros coches. El lugar parece que invita al botellón -de hecho en alguna fiesta universitaria se ha organizado alguno, aunque la Policía los ha dispersado- y quien acuda por primera vez a observar el ‘espectáculo’ lo primero que se imagina al ver aparcar los coches es que van a comenzar a sacar alcohol del maletero y a empezar a beber. No es así, solo algún grupito lo hace. De hecho, los agentes municipales hicieron ayer la prueba de alcoholemia a varios conductores y todos dieron negativo. «En ese sentido no se portan mal, la verdad», reconocían ayer durante el dispositivo  policial. Y en cuanto a las drogas, en ocasiones han llevado a cabo alguna prueba y no se han detectado positivos.
No solo acuden varones, también hay muchas chicas, que van tanto como acompañantes como con sus propios vehículos. No se conocen todos, se forman pequeños grupos cuyos miembros hablan entre sí de manera animada. De vez en cuando suena algún acelerón, un claxon o la música de los potentes equipos de sonido que portan algunos de los coches. «En algunos casos ocupan todo el maletero, no hay sitio para colocar el equipaje», señalaba ayer un agente a este periódico, aunque «no están muy tuneados».
Como amantes de los coches presumen de las novedades que han introducido en sus vehículos, unas llantas de aluminio, un volante deportivo, unas ruedas estrechas similares a las de los coches de carreras, una suspensión más baja o pedales de menor tamaño. En fin, reformas que resultar muy llamativas pero que pueden ser objeto de denuncia. De hecho la Policía Local cuenta con agentes expertos en la detección de este tipo de irregularidades y «no se les pasa una». Todos esos cambios han de contar con la autorización de un ingeniero, que es quien debe tutelar la transformación del coche, pero «la mayoría no dispone de ese permiso obligatorio y son denunciados».
A pesar de que en San Amaro no parece importarles demasiado la presencia policial, los agentes que han participado en los operativos en Villalonquéjar IV sí que han detectado coches situados en posiciones estratégicas para dar aviso a los participantes en las carreras de la llegada de patrullas. Así pueden parar a tiempo y de este modo eludir una denuncia por conducción negligente.
El control en San Amaro de la madrugada de ayer provocó una espantada y en el polígono industrial no hubo prácticamente coches. Sin embargo, hace tres fines de semana, un fotógrafo de Diario de Burgos,  acudió hasta las calles Condado de Treviño y Valle de Tobalina con el fin de comprobar qué ambiente había allí. Y, efectivamente, los automóviles se ponen en paralelo para ver quien llega antes a la siguiente rotonda, pegan fuertes frenazos, etc. Pero hay más público que participantes.
Otro dato curioso es que las concentraciones solo se producen los viernes, los sábados deben tener otros planes y San Amaro se queda desierto.