Una EBAU en femenino

B.G.R.
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Cristina Sierra, del Pintor, y Laura Hidalgo, de la SAFA, obtienen las mejores calificaciones de la antigua Selectividad al conseguir un 9,9 de un máximo de 10 puntos. Ninguna se lo esperaba

Cuando a las cinco y media de la tarde de ayer Cristina Sierra Calvo y Laura Hidalgo Pérez consultaron las notas de la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) no salían de su asombro. Sabían que sus calificaciones medias de Bachillerato eran buenas (un 9,3 la primera y un 10 la segunda) y que los exámenes les habían salido bien, pero dudaban de si la opción que eligieron de las dos posibles que permite la prueba fuera la correcta y de cómo iban a ser los criterios de corrección. 

Puede que a sus profesores no les haya sorprendido tanto que estas dos alumnas lograran las mejores calificaciones del distrito universitario de Burgos en la antigua Selectividad. Cristina ha sacado un 9,925 de un máximo de 10 puntos en la fase general y obligatoria, mientras que Laura ha obtenido un 9,905 en la calificación final, en la que se valora el expediente académico de Bachillerato. Esta última, además, se ha presentado a la fase específica para subir nota, lo que le ha llevado a conseguir un resultado final de acceso de 13,9 de 14.

«No me lo esperaba», reconocía ayer la primera después de haber ido a recoger las calificaciones al instituto Pintor Luis Sáez. Tanto es así que ahora, «con esta nota», se está replanteado la carrera que quiere estudiar. Por el momento, no lo tiene muy claro y una de sus opciones es Administración y Dirección de Empresas en la UBU.

Laura también estaba sorprendida, pero desde la seguridad que le dan los resultados obtenidos va clarificando sus posibilidades de futuro. Entre ellas está la de estudiar Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid, una de las de mayor nota de acceso, aunque tampoco descarta biología o cualquier grado relacionado con Ciencias de la Salud, la especialidad que ha cursado en Bachillerato.

Hasta llegar aquí el camino no ha sido fácil. Recuerdan las escasas dos semanas que tuvieron para estudiar como una «tortura» porque «nos lo jugábamos todo en solo tres días», subraya esta última, quien desde antes se había marcado un «horario bastante estricto», ayudada eso sí, porque en el colegio de la Sagrada Familia (SAFA) en el que estudia había hecho exámenes globales de todas las asignaturas. 

Mucha tensión vivida, con lloros incluidos como los que tuvo Cristina el día antes de la EBAU debido a la tensión acumulada. Un tiempo de preparación que -asegura- se le hizo largo «porque siempre era la misma rutina», pero también corto porque no había suficiente tiempo.

Las dos abogan por una prueba única para toda España. No entienden que en unas comunidades haya mucho más temario que en otras. «Ves que estás trabajando más para que luego te valga lo mismo», subraya Laura, al tiempo que  no cree que el examen fuera fácil. 

 

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