Del Chantre a la Virgen de las Tres Manos

Noelia Escudero / Miranda
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El Centro Histórico está repleto de edificios cargados de mitos y leyendas que han pasado de boca en boca a lo largo de los siglos • Una nueva ruta guiada nos permite descubrirlos

A lo largo de la ruta se visitan más de una decena de edificios, como la iglesia de Santa María. - Foto: N.E.

 
A simple vista puede parecer que Miranda no es una ciudad turística ni con grandes monumentos de los que presumir, pero esto no es del todo cierto. El Casco Histórico contiene edificios con curiosidades y leyendas que merecen ser descubiertas por los mirandeses. 
Remontándonos al siglo XIV, es muy sabida la leyenda que rodea a la figura de Pedro Pascual Martínez, conocido como el Chantre de Calahorra, un personaje popular de la historia local. Se dice que murió porque su hermano le tiró un saco de harina al negarse el Chantre a darle dinero para sus juergas. Siempre se ha especulado con su fallecimiento, diciendo que después de muerto le crecían las uñas y el pelo, que una falange que le falta se la llevó una princesa como amuleto o que las aguas desbordadas del Ebro trasladaron su cadáver en varias ocasiones hasta la iglesia de Santa María. 
La verdadera historia muestra que se le enterró en la iglesia de San Juan, pero al quedar destrozada en el siglo XIX se le trasladó a la de Santa María. Pero lo que se desconocía de su vida es que el Chantre era viudo y tenía un hijo que murió en un caldero con agua hirviendo como castigo de Pedro I el Cruel por posicionarse en contra de los judíos.
Sin duda alguna, uno de los edificios que más curiosidad genera es el Palacio de los Condes de Berberana, conocido como la Casa de las Cadenas. Allí se hospedó Fernando VII, concediéndole las cadenas a la casa. Además en 1837 en su interior fue asesinado Rafael de Ceballos Escalera, General en Jefe de los Ejércitos del Norte. Lindando con la Casa de las Cadenas, está la Casa de los Urbina, en la que se alojaron el rey Felipe IV y su hija María Teresa cuando iban a Francia a desposarla con Luis XIV o Margarita de Saboya, virreina de Portugal, que llegó indispuesta a la casa y falleció allí mismo en 1655.
 
La leyenda de la virgen. En el ámbito religioso, la figura más importante de la ciudad es la Virgen de Altamira, ubicada en la iglesia de Santa María. Antiguamente corría de boca en boca una leyenda que decía que la patrona de la ciudad tenía tres manos. Con la invasión sarracena, el conde mirandés y sus milicias fueron a luchar al frente navarro. En esa lucha, el conde estuvo a punto de morir acribillado por una flecha, pero justo en el momento de su muerte esa flecha se interpuso entre su cuerpo y la mano que lo iba a ejecutar, quedándose ahí clavada.
Después de superar con mucha fortuna esta situación, el conde y sus milicias regresaron a Miranda y fueron a darle las gracias a la Virgen de Altamira. Pero lo más curioso es que cuando acudieron a la iglesia de Santa María a agradecérselo, se encontraron con que a la patrona le salía una tercera mano del costado, donde tenía clavada la misma flecha que iba dirigida para el conde. Aunque parezca un caso sobrenatural, tiene una explicación racional que rompe el mito: a la Virgen de Altamira se le vistió con un atuendo que tapaba sus manos, por lo que le colocaron dos manos postizas, pero por debajo del manto sobresalía la mano que sujetaba al niño. 
 Uno de los edificios más modernos del casco histórico es el Apolo, inaugurado en 1921. Antes de su construcción, en ese mismo lugar se hallaba una sociedad recreativa llamada La Mirandesa, que ardió en llamas en 1918. Por lo visto, un cambero mirandés vendió muchas campas en la feria, había conseguido mucho dinero y acudió a la sociedad a jugárselo y lo perdió todo, así que maldijo «¡Ojalá  se queme La Mirandesa y no quede ni una astilla!». Pocos días después se incendió el local y se extendió el rumor de que la causa era una maldición.
 
visitas guiadas. Estas y otras curiosidades y mitos se explican al detalle con las nuevas rutas que acaba de poner en marcha el Centro de Interpretación de Miranda Antigua (CIMA), con las que se puede aprender todo lo que rodea a la historia mirandesa. Las visitas con guía, tanto las del Castillo como las del Centro Histórico, son gratuitas y es necesario hacer una preinscripción previa llamando teléfono 670 507 031. Los grupos para las rutas guiadas serán de un mínimo de 5 personas y un máximo de 20.