Rotar los cultivos, la mejor técnica ante la resistencia a los herbicidas

I.P. / Burgos
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Técnicos, docentes, empresas y agricultores debaten sobre la cada vez menos eficacia de los productos químicos por su mal uso o abuso. Pueden mermar hasta en un 40% la cosecha

El salón de actos de la Escuela Politécnica presentaba casi lleno en la mañana de ayer. - Foto: Jesús J. Matías

La resistencia de los cultivos a los herbicidas se ha convertido en un problema que ocupa y preocupa no solo a los agricultores, que viven de la producción de cereales, sino también a técnicos del sector y a las propias empresas. En ese contexto, la Escuela Politécnica Superior acogió ayer una jornada técnica sobre alternativas de manejo integrado de malas hierbas en cultivos de cereales, a cargo de la Sociedad Española de Malherbología (SEMh), en colaboración con el Grado de Ingeniería de Agroalimentación y del Medio Rural de la UBU y la cooperativa Bureba Ebro, que suscitó un gran interés como lo demuestra las 400 inscripciones que se registraron.

La jornada se centró en las cuatro especies de malas hierbas que actualmente son las causantes de los mayores problemas en los cereales por su resistencia a los herbicidas, según explicó José Dorado, presidente de SEMh, como son el lolium rigidum, la avena loca, la papaver rhoeas (amapola) y el bromus. Dorado añadió que dicha resistencia es fruto, en muchas casos de una mala utilización o del abuso de algunos de esos compuestos químicos, lo que les hace ineficaces y crean en los profesionales del campo dudas, además de alterar, por una parte, su estrategia de lucha contra las malas hierbas y, por otra, incrementar los gastos de la campaña. Ante esas dificultades, el presidente de SEMh asegura que lo más adecuado es ‘echar mano’ del manejo integrado -título, por otra parte de la jornada- o lo que es lo mismo, volver a las técnicas tradicionales agrícolas, es decir retrasos en las fechas de siembra, aumento de la dosis de planta y, sobre todo, la rotación de cultivos. Los barbechos también pueden ser interesantes, pero tiene el inconveniente de pérdida de la rentabilidad durante una campaña y «al fin de cuentas, el agricultor es un empresario que busca ganar dinero y si no produces, no ganas», argumenta José Dorado.

Por lo que respeta a la empresas, éste asegura que están «bastante alineados» con el sector docente e investigador y defienden el manejo integrado no como alternativa, sino como complemento de los herbicidas, «en el fondo, la industria vive de esto y no puede permitir que los herbicidas acaben con su modo de vida; son los primeros interesados en educar en el buen manejo de  estos productos».

Por lo que respecta a las pérdidas que la ineficacia en la lucha contra las malas hierbas puede provocar, José Dorado, asegura que son datos para «tomar con mucha prudencia», pero añade que, en situaciones extremas. Se  puede llegar a una merma de hasta el 40% en la productividad de cereal. «Y esto, en cultivos con rentabilidades muy ajustadas, es algo para no tomarlo a la ligera».