ADIF inicia la demolición de dos edificios históricos de la estación

R.L. / Miranda
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El inmueble de Lamparería y el conocido como Casa Blanca ya han sido vaciados. En el primero se había propuesto su conservación y cesión al Ayuntamiento para un museo

La estación de ferrocarril de Miranda va a perder en breve dos de sus edificios históricos. Las labores de derribo del edificio conocido como de Lamparería y el llamado la Casa Blanca ya han comenzado y se espera que, de forma inminente, una excavadora se lleve por delante una parte del patrimonio ferroviario de la ciudad.

Hace unos días se retiraron las puertas y ventanas de madera y ya se ha vaciado también todo el interior, tanto del edificio de Lampararería, que hasta hace dos años fue la sede de los sindicatos ferroviarios, como de la Casa Blanca, situado en el otro extremo de la estación y que en los años 80 y 90 fue utilizado para servicios de tracción después de décadas alojando  al personal que viajaba en los trenes y necesitaba un lugar para pernoctar.

De todo ello, poco queda, apenas el esqueleto. Ni las peticiones de un grupo de mirandeses, que a primeros de año solicitaron al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) que paralizara la demolición, ni el encuentro que hace poco más de un mes mantuvo la alcaldesa en Madrid con el director de Estaciones de ADIF, han servido para que se dé marcha atrás en el derribo.

La idea municipal era la de ubicar en Lamparería el Museo del Ferrocarril, ya que el inmueble presentaba un espacio suficiente, una ubicación idónea en el entorno ferroviario y los trabajos de acondicionamiento no se presumían inalcanzables. Por ello el Ayuntamiento sugirió al ADIF que no lo demoliera y estudiara la posible cesión de cara a proyectar el museo.

 El ente público justifica los derribos aludiendo que el bloque de Lamparería está en muy mal estado, al margen de que consideran conveniente derribarlo también por razones técnicas vinculadas a las obras de accesibilidad que se están ejecutando en la estación. El edificio, además, carece de un grado de protección en el PGOU. No está catalogado, al igual que la Casa Blanca, que lleva décadas en desuso. En definitiva, dos inmuebles mal conservados, que llevan más de un año cercados ante el riesgo de desprendimientos, y que ADIF ha decidido tirar.

La demolición de ambos inmuebles había sido además criticada porque supone la pérdida de nuevo patrimonio ferroviarios mirandés, y la desaparición de ambos, en especial el de Lamparería, va a romper en parte con la estética de la estación.

El derribo de los dos inmuebles se realizará de forma progresiva a lo largo de los próximos días y correrá a cargo de la misma empresa que está realizando las obras de mejora de la accesibilidad de la estación. Unos trabajos que se han contratado por algo menos de 900.000 euros y que tienen varios frentes.

De hecho ahora los usuarios de la terminal ferroviaria se encuentran con algunas zonas valladas, en particular la que está siendo objeto de un recrecido de los andenes y los dos puntos donde se colocarán sendos ascensores que mejorarán la accesibilidad para los viajeros.

La intervención se completará con una mejora estética de la estación, mediante la limpieza y               repintado de parte de la estructura.