Anduva vive su propia fiesta

Raúl Canales / Miranda
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Sin presión. Los rojillos, asegurada la permanencia, se sueltan y se suman a la celebración de San Juan del Monte con una goleada ante el Alavés

CD Mirandés: 3 Deportivo Alavés: 0

CD Mirandés: Razak, Aitor, Kijera, Caneda, Álex Ortiz, Carnicer (Juanjo 59’), Igor Martínez, Pedro (Barahona 71’), Rúper, Álex García, y Urko Vera (Jordi Pablo 80’).

Deportivo Alavés: Goitia, Rafa, Jarosik, Migue, Castillo, Toti (Juli 16’), Barreiro, Lanza (Sangalli 80´), Galán, Manu (Juanma 52’), y Beobide.

Incidencias:

Árbitro: González Fuertes, colegio asturiano. Amonestó a los locales Carnicer y Pedro y al visitante Jarosik.

Goles: 1-0 (minuto 11) Álex Ortiz. 2-0 (minuto 37) Rúper. 3-0 (minuto 70) Pedro Martín.

Público: 4.306 espectadores en Anduva, con cerca de mil visitantes.

Lo mejor: El Mirandés disfrutó e hizo disfrutar a su afición con un partido muy completo.

Lo peor: La proximidad horaria con el Bombazo, acto inicial de las fiestas, restó algo de presencia en las gradas, aunque aun así fue una de las mejores entradas de toda la temporada.

Anduva vivió ayer la tarde soñada. El Mirandés se sumó a la celebración de las fiestas de San Juan del Monte y regaló a su afición el mejor partido de la temporada. Con la permanencia en el bolsillo y liberados de la presión de la tabla, los rojillos se soltaron y sacaron a relucir todo su potencial ante un Alavés desconocido, incapaz de plantar cara en uno de los derbis más desiguales de los últimos años.

El Mirandés marcó tres goles, pero dejó la sensación de que si le hubiese hecho falta forzar la máquina, el triunfo podía haber sido más amplio, ya que fue superior a los vitorianos en todas las facetas del juego.

Los dos equipos apuraban en este partido sus últimas opociones de sumarse a la pelea por el play off, sobre todo los visitantes,  pero desde el primer minuto dio la impresión de que era el Mirandés quien más se jugaba en el choque. Los rojillos cumplieron con su parte, ganar y meter presión a los de arriba, y ahora solo queda esperar a los resultados de la jornada para ver si el sueño se puede prolongar una semana más.

Contagiados por el ambiente festivo, los de Carlos Terrazas saltaron a por todas. Era una tarde para disfrutar y los rojillos lo hicieron a lo grande. El gol de Álex Ortiz, que aprovechó una falta lateral botada por Carnicer, fue el empujón definitivo para que los locales terminaran de convencerse de que ayer era su día. A partir de ese momento mostraron su versión más desenfadada del año, con un repertorio que arrancó continuas  ovaciones de una grada entregada.

Superada la media hora, una pared entre Pedro e Igor Martínez permitió que el segundo se plantara solo ante Goitia, pero su disparo se estrelló en el palo. Solo un minuto después, y en pleno vendaval rojillo, el meta vitoriano tuvo que coger con las manos una cesión envenenada de Galán. Rúper no desaprovechó el regalo y con un disparo ajustado cambió el libre indirecto al borde del área pequeña por gol.

El tanto era la sentencia definitiva a un partido que solo tenía un color. El Alavés quería, pero no podía ante un Mirandés que marcaba el ritmo. El descanso fue un balón de oxigeno para los visitantes y solo tras el paso por vestuarios, los de Alberto López dieron muestras de una tímida reacción.

Pero el espejismo duró solo diez minutos, concretamente hasta que Barreiro desperdició un pase de la muerte de Juli. Fue la última acción ofensiva con peligro de los vitorianos, ya que el Mirandés tomó nuevamente el mando y ya no lo soltó hasta el pitido final.

Dueños de la pelota y con una marcha más, los de Terrazas no encontraban resistencia ante un rival ya entregado. Y más tras el tercer gol de Pedro, que una vez más llegó tras una acción a balón parado, una constante a lo largo de la temporada.

Quedaban veinte minutos y el partido estaba finiquitado pero el Mirandés estaba decidido a disfrutar de la fiesta hasta el final. Juanjo amplió la cuenta, pero su gol fue anulado por fuera de juego, y en plena euforia, el punta se animó a intentarlo en una acrobática chilena que hubiera supuesto  el broche de oro a la tarde. No fue su última ocasión, ya que antes de acabar, Barahona le sirvió el balón listo para empujar pero un defensa visitante visitante llegó justo para dejarle con las miel en los labios.

También Urko Vera quería su gol, y lo buscó, pero el pichichi del equipo se quedó sin premio esta vez. Eso sí, se llevó una de las ovaciones de la tarde al ser sustituido, como anteriormente le sucedió a Carnicer.

Y es que Anduva tenía ganas de celebrar. La permanencia ha supuesto un desahogo para una afición acostumbrada a sufrir y que disfruta de vivir un final de temporada tranquilo.

Carlos Terrazas / Entrenador del CD Mirandés

«Teníamos equipo para quedar entre los dos primeros»

Carlos Terrazas no ocultaba la satisfacción por haber dado una alegría a la afición «en un día redondo», pero se lamentaba de que el equipo haya necesitado asegurar la permanencia para mostrar su verdadero potencial. «Hemos jugado gran parte de la temporada con miedo por lo que sucedió el año pasado y eso nos ha agarrotado», reconocía el míster, quien considera que el Mirandés no solo tiene plantilla para luchar por el play off sino «para haber quedado entre los dos primeros».

Terrazas no restaba ningún mérito a sus jugadores tras el triunfo ya que «hemos sido superiores en todas las facetas», y espera un favor del Valladolid para mantener las opciones de luchar en la zona alta. «El objetivo desde el principio era subir a Primera y lo mantengo, porque no es bueno cambiar de objetivo ni hablar constantemente de ello durante toda la temporada».