«Fue nuestra pequeña Bolonia». Así resume Carmen García Colmenares el proyecto de enseñanza que se implantó durante la IIRepública. La coautora del libro La Escuela en la Segunda República. Memoria de una ilusión, con cuyos textos y los de Luz Martínez Ten y las ilustraciones de María Luisa Vico se ha montado una exposición, destaca la calidad y el trabajo de los maestros y maestras que consiguieron que entre 1931 y 1939 la educación en España diera un giro radical: «Reivindicamos su papel y rescatamos su obra, porque no solo enseñaban -y lo hacían bien- sino que también escribían e investigaban».
Desde la Federación de Enseñanza de UGTen Castilla yLeón, promotora del proyecto, recuerdan que la educación entonces era «además de laica y gratuita, ejemplar». La secretaria general de FETE-UGT en la región, María Victoria Soto, señala que para acercarnos otra vez a aquel modelo haría falta «valorar a los maestros y maestras, una financiación adecuada y apoyar la formación de los docentes».
«Si algo hizo la República fue reconocer a los maestros y maestras. Tuvieron una difícil situación de salida pero lograron en pocos años un importante cambio en el modelo de educación. En cuanto a la inversión, la IIRepública fue una época muy mala económicamente, y sin embargo fueron capaces de poner encima de la mesa dinero suficiente como para crear el mayor número de escuelas y el mayor número de plazas de profesores que ha habido en mucho tiempo. Ysobre la formación, por primera vez fue entonces universitaria. Tuvieron a su alcance muchos medios, lo que les permitió poner en marcha métodos nuevos y tener los mismos materiales que se utilizaban en el resto de Europa».
Derecho a la memoria
El sindicato de enseñanza aprovechó la presentación de este trabajo para exigir al ministro Wert que deje de lado los cambios legislativos y se centre en lo importante: «El problema de la educación en este país no se soluciona con leyes, sino con una financiación adecuada y suficiente para atender las necesidades. En Castilla y León les pedimos que tengan en cuenta la zona rural, porque todas las personas tienen derecho a recibir una educación de calidad vivan donde vivan. Y les pedimos un reconocimiento a la labor docente:la mejor forma de dignificar la profesión es mejorando sus condiciones laborales y salariales. Y desde luego no atacándonos», resumió Soto.
Para poner en valor el proyecto educativo de la República, recuperar la memoria de los maestros y maestras y rescatar sus nombres y hazañas, la exposición que se muestra hasta el domingo en el monasterio de San Agustín recorre sus principales logros a través de treinta ilustraciones y textos.
De la Institución Libre de Enseñanza a las Misiones Pedagógicas;de las colonias escolares (las primeras se realizaron en Riofrío en 1931) a la educación en igualdad; del voto de las mujeres a la escuela rural; de la Revista de Pedagogía a la Escuela Unificada; de la cárcel y el exilio al legado que hay obligación de recuperar. La muestra inicia a partir de diciembre una itinerancia por la región.