Una ciclista muere atropellada por un joven sin carné en un paso de cebra

I.L.H. / Burgos
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El accidente ocurrió en la medianoche del sábado a escasos metros de la casa de la víctima, una ecuatoriana de 38 años. El conductor, un dominicano de 29, dio negativo en alcohol

Accidente mortal en la calle San Francisco - Foto: DB/Miguel Ángel Valdivielso

Estaba a punto de llegar a casa. Subida en su bicicleta, se disponía a cruzar el paso de peatones que hay a escasos metros de su portal, a la altura del número 78 de la calle San Francisco -vivía en el número 72-, cuando un coche se cruzó en su camino. Era la medianoche del sábado al domingo y regresaba de cuidar a unos niños. Carolina Beatriz Andy, de 38 años, divorciada y con dos hijas de 17 y 14 años, falleció en el mismo lugar del accidente después de ser atendida por una UVImóvil del Servicio de Emergencias 112, que intentó, sin éxito, reanimarla.  

Las causas del atropello se están investigando, pero todo apunta a que pudo ser el exceso de velocidad del automóvil, que venía de la avenida del Cid. El conductor es un joven de 29 años de la República Dominicana que no tiene carné de conducir y que ha sido detenido por un delito contra la seguridad vial. La prueba de alcoholemia que le realizó la Policía dio negativo.

Tras el impacto algunos vecinos se acercaron al lugar del siniestro, un paso de peatones que conserva la pintura y que está bastante iluminado -hay una farola prácticamente encima-. Una de las personas que presenció lo ocurrido fue la hija pequeña de la víctima, M.P., que se asomó a la ventana tras oír la colisión. La niña salió a la calle junto a una mujer con la que comparten piso (viven también con otra familia con dos hijos) consciente de que era su madre la ciclista atropellada. Tanto ella como su hermana, C.P., tuvieron que ser atendidas por un equipo de psicólogos, dada la conmoción en la que se encontraban al conocer la muerte de su madre.

En la mañana de ayer, en el tanatorio que hay cerca del lugar del siniestro, los familiares y amigos de Carolina Beatriz, de origen ecuatoriano, comentaban la difícil situación en la que se quedan sus dos hijas. «Lo han perdido todo. La pareja estaba divorciada desde hace diez años y el padre reside en Zaragoza. Las niñas se han quedado solas», lamentaba una amiga. Pilar, compañera de piso, destaca la vitalidad, las ganas de trabajar y los numerosos proyectos que tenía en mente: «Le gustaba mucho ir en bici y hacer deporte. Y aunque siempre estaba trabajando, también le gustaba cuidarse e ir a bailar. Pero por quien vivía era por sus hijas, de las que no se separaba. El sábado mismo estuvimos hablando de las ganas que tenía de visitar a los suyos en Ecuador, un viaje que estaba intentando cuadrar para poder realizar este año».

Las marcas de tiza que todavía se pueden ver en el asfalto indican el lugar, en el carril contrario, hasta donde fue desplazada. Carolina trabajaba de asesora de Nutrición por el día y cuidando a unos niños por la tarde-noche, de donde regresaba el sábado en el momento del atropello. Llevaba residiendo en nuestro país doce años.

La incineración de Carolina Beatriz Andy tendrá lugar esta tarde, a las 18 horas, en el tanatorio de San José.