La obra civil de la Biblioteca Pública del Estado está prácticamente concluida y los operarios se centran ahora en los remates. Entretanto ya ha llegado parte del equipamiento y está apilado en el interior del edificio. Una vez pasado el parón de los trabajos durante las Navidades, es momento para fijar plazos y fuentes del Ministerio de Educación y Cultura confirman que la recepción de la obra será entre finales de este mes y principios de febrero.

De momento, no hay fecha para proceder al traslado de las actuales instalaciones de la avenida de Valladolid al nuevo recinto en la Plaza de San Juan porque una vez que el Ministerio cuente con el edificio deberá esperar a contar con todas las licencias y permisos de apertura del Ayuntamiento de Burgos. Será entonces cuando pueda ponerlo a disposición de la Junta de Castilla y León y ceder su uso. Hay que recordar que el Gobierno central es el encargado de realizar la obra, además de asumir su coste, aunque la gestión de la biblioteca corresponde a la Junta de Castilla y León, que se encarga de los fondos.

Algún obrero a pie de obra apunta que aun es pronto para saber la fecha en que los usuarios podrán ir a la nueva biblioteca, aunque aventura que no será antes de la primavera. No en vano, hablamos de que es necesario adecuar todo el mobiliario a cada uno de los espacios y proceder a colocar una gran cantidad de fondos en las estanterías.

Cuando llegue ese momento, habrán pasado más de 7 años desde que en noviembre de 2004 cerró la Casa de Cultura de San Juan para prestar servicio de forma provisional en un local de la calle Guardia Civil. Posteriormente, en 2006, la biblioteca se mudó al antiguo colegio de Santa Cruz, en la avenida de Valladolid, donde aún hoy continúa el préstamo de documentos.

La nueva construcción ha cambiado la imagen de esa zona céntrica, un espacio único que forman la iglesia de San Lesmes, el Monasterio de San Juan, el puente de las Viudas y el moderno edificio de la muralla. El diseño vanguardista de la Biblioteca, un proyecto del arquitecto burgalés Andrés Celis, no pasa desapercibido para vecinos y turistas que ya se han acostumbrado a una fachada recubierta en su totalidad de cristal, un poco más opaco que el vidrio trasparente, que está colocado sobre unas guías. A pesar de ello, se observa el interior del inmueble con perfección, lo que también favorecerá la luminosidad desde dentro.

El único elemento que conserva del antiguo edificio de 1971, derribado en su totalidad, es la puerta gótica original. La nueva biblioteca cuadriplicará la superficie del inmueble al pasar de los 1.400 metros cuadrados de la viejo inmueble hasta los 6.000 que dispondrá en un futuro. Un incremento que no se traduce en una mayor altura porque rondará los 12,5 metros, repartidos en dos pisos.

En la planta baja irá la hemeroteca y la zona infantil y juvenil, con acceso propio desde la calle Cardenal Benlloch y con un pequeño patio interior. El primer piso estará reservado para la sala de préstamos mientras que en la segunda planta habrá salas de lectura, consulta y estudio. El sótano servirá para el depósito de fondos y un pequeño salón de actos.

La construcción de esta infraestructura cultural ha sufrido numerosos retrasos desde que se inició la obra en 2008. Diferentes problemas con la cimentación y administrativos llevaron a paralizar los trabajos durante 14 meses, pendientes de la aprobación de un modificado del proyecto. Finalmente, el presupuesto final de esa infraestructura se elevará hasta los 14 millones de euros, cantidad que casi duplica los 7,4 millones por los que fueron adjudicadas las obras en 2007.