Las goteras obligan a otra urgente actuación en el Museo de Burgos

R.P.B. / Burgos
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En esta ocasión son las cubiertas de la Casa de Miranda, el edificio principal, las que necesitan de una rápida intervención

La Casa de Miranda es un palacio del siglo XVI que exige cuidados constantes. - Foto: Rebeca Serna

El Museo de Burgos está emitiendo señales de socorro cada vez más llamativas. El Ministerio de Cultura tuvo que actuar este verano de urgencia para evitar el derrumbe total de una de sus medianeras -la colindante con la Casa Melgosa, cuya rehabilitación acaba de concluir- y es ahora el edificio principal de la pinacoteca, la Casa de Miranda, la que será en breve objeto de una nueva actuación también de urgencia, toda vez que las goteras que desde hace más de un año están abiertas en sus cubiertas no hacen sino poner aún más en peligro tanto la estructura de la techumbre como -si la situación persiste- las obras que se exhiben en el museo.

Según ha podido saber este periódico, el Ministerio de Cultura tiene previsto comenzar en breve esta obra, que fuentes del museo consideran «urgente e imprescindible» para la conservación de este palacio del siglo XVI. Esta situación no hace sino poner de relieve el olvido institucional que lleva lustros lastrando esta joya capitalina y la necesidad de tomarse muy en serio sus cuidados, que tienen que ser permanentes y que, desde hace años, son puntuales y claramente escasos.

Que la escasez presupuestaria aplazara sine die el proyecto de ampliación del museo, para lo que el Estado adquirió la Casa Melgosa, el viejo cine Calatravas y la residencia de las Concepcionistas, no debe obviar su mantenimiento, con todo lo que esto implica en un edificio con cinco siglos de antigüedad.

«Pocas cosas hay más peligrosas para un edificio que tiene tantos siglos como las humedades», subraya un experto en patrimonio histórico consultado por este periódico.

En peligro. Marta Negro, directora del Museo de Burgos, no se ha cansado de reclamar la atención sobre la situación del centro expositivo. Hace unos meses fue muy clara en su diagnóstico: «El museo está en peligro», dijo, en alusión directa a la falta de mantenimiento. «Hay que pensar que son edificios del siglo XVI y que necesitan un mantenimiento constante, permanente, anual», subrayó Negro, admitiendo que las labores preventivas y puntuales que se venían realizando habitualmente se han visto en los últimos años reducidas por los importantes recortes económicos.

Desde el Museo de Burgos señalan que las partes de la techumbre afectadas por las filtraciones de agua coinciden con la zona expositiva arqueológica, cuyas obras, aunque se encuentran en su mayoría dentro de vitrinas, podrían terminar por ver afectadas si no se lleva a cabo el arreglo en las cubiertas.