El 11 de junio de 1993 la bala de un francotirador, posiblemente croata, atravesó el cuello del teniente de la Legión Francisco Jesús Aguilar Fernández, burgalés de adopción -sevillano de nacimiento-. Falleció casi en el acto, cuando la columna de cascos azules de la ONU de la que formaba parte cruzaba el puente de Tito de Mostar (Bosnia-Herzegovina) para descargar medicinas en el hospital musulmán de la ciudad tras haber hecho lo propio en el croata. «Sacrificó su vida por proteger a los demás», porque desde que se hizo militar, algo que tenía muy claro desde muy joven, sabía que «podía morir, que su vocación de servicio no le hacía temer ningún peligro», cuenta su viuda, Carmen Montilla.Mañana y el sábado el Tercio Gran Capitán Primero de la Legión, de Melilla, le rinde homenaje.