Publican la primera edición revisada, ampliada y corregida de Doy fe

R, Pérez Barredo / Burgos
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Los historiadores Francisco Espinosa y Luis Castro han tenido acceso al archivo de Juan Negrín, que fue presidente de la República, en el que se explica con detalle la gestación y promoción de la obra de Ruiz Vilaplana

Pasaporte de Antonio Ruiz Vilaplana, que vivió en Estados Unidos. - Foto: DB

Publicado en varios idiomas y en épocas muy distintas, a la vez perseguido y de culto durante décadas, libro del que incluso hay ediciones fotocopiadas... Doy fe. Un año de actuación en la España nacionalista, escrito por Antonio Ruiz Vilaplana, secretario judicial en Burgos durante los primeros meses de la sublevación militar de 1936, acaba de conocer una nueva edición, la más completa de cuantas se han realizado hasta la fecha. Publicada por Espuela de Plata, ha sido coordinada por Francisco Espinosa Mestre, uno de los más importantes historiadores de  la Guerra Civil Española, y Luis Castro, principal experto sobre aquella época en Burgos y a la sazón autor del libro Capital de la Cruzada. 

Una de las principales novedades de esta edición estriba en que los autores han tenido acceso a una nueva fuente documental: el archivo de Juan Negrín, que fuera presidente del Gobierno de la República, en el que hay un amplio dossier sobre la obra de Vilaplana que explica con detalle tanto su gestación como su promoción internacional. Por esta documentación se ha sabido ahora que el manuscrito de Vilaplana, que redactó tan pronto se estableció en París en el verano de 1937, después de haber asistido a las atrocidades cometidas por los sublevados en Burgos por mor de su cargo de fedatario, llegó primero a toda una legión de intelectuales: el periodista Manuel Chaves Nogales, ex director del diario Ahora y uno de los más lúcidos cronistas de aquella sangría que fue la Guerra Civil española; el director de cine Luis Buñuel o el escritor Ramón J. Sénder, entre otros.

También, claro, a un alto dirigiente republicano, el ministro Indalecio Prieto, que pronto se dio cuenta de que ese texto es una arma propagandística de primera magnitud y se compromete a realizar una edición popular. Aunque fue todavía más clave para la trascendencia de la obra otro personaje: Ángel Osorio Gallardo, embajador en París, quien una vez concluido y a punto de editarse el libro en su edición francesa le da a Vilaplana una lista de nombres a los que hacer llegar la obra, entre los que figuran personalidades como Louis Aragon, Tristan Tzara,Antoine de Saint-Exupery, entre otros intelectuales y simpatizantes de la República española.

Es probable que a través de éstos el poeta peruano César Vallejo, afincado en París, leyera el libro, que le inspiró algunos de los mejores poemas de su obra España, aparta de mí este cáliz.

Cuentan Espinosa y Castro que la primera edición en francés fue éxito; también la traducción al inglés, que facilitó que el libro cruzara el charco y llegara a Estados Unidos. La reacción de un libro tan propagandístico hizo mella en la zona sublevada, que pronto inició una campaña de descrédito contra Vilaplana y la puesta en marcha en ésta de obras similares denunciando el ‘terror rojo’.

Varias redacciones

Asimismo, merced al archivo de Negrín los historiadores han conseguido acceder a la versión original de la obra, lo que les ha permitido realizar notas a pie de página. No en vano, ese archivo contiene  varias redacciones del texto de Vilaplana con pequeñas variaciones. Los historiadores han considerado de interés  rescatar algunas palabras o párrafos que en otras ediciones no aparecen y que enriquecen la obra.

Para quienes se acerquen por primera vez a este testimonio en primera persona de cuanto sucedió en Burgos en los meses siguientes a la rebelión militar tendrán una visión completa y ampliada de los hechos gracias a todas las apostillas que facilitan la comprensión de cada contexto en lo que se refiere a acontecimientos y personajes. Además, corrije algunas de las observaciones de Vilaplana, erróneas por el motivo que fuera, en lo referente, por ejemplo, a fechas o a cargos y nombres citados.