Los bomberos crean viales seguros para llegar a las naves no afectadas

I.E. / Burgos
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La plantilla ya puede acceder al secadero de jamones y a los edificios de cogeneración y absorción. Para ir al sector de servicios generales ha de permitirlo el servicio de extinción

Una vista desde el aire permite observar las consecuencias del devastador incendio del domingo y el despliegue de vehículos de bomberos. - Foto: A88

El derribo de los muros de la planta de Campofrío en la calle La Bureba avanzará de acuerdo a las necesidades de seguridad que establezcan los bomberos de la capital. Hay fachadas que amenazan con derrumbarse en cualquier momento. Con el fin de evitar que caigan sobre efectivos del parque o personas que realizan distintos trabajos junto a la zona quemada es preciso tumbar esas paredes lo antes posible. Por ello el miércoles una grúa de demolición acudió a la planta siniestrada. Su misión era tirar los revestimientos más cercanos a la puerta principal, cerca de los cuales «pasa cada día mucha gente para realizar tareas en el entorno del secadero de jamones», indicó Julio Estébanez, jefe del servicio de extinción de incendios la capital.

Esas placas estaban combadas y podían venirse abajo por sorpresa, pudiendo causar víctimas. De ahí que Campofrío contactara con Grúas Burgos para que realizara esos trabajos. Unas labores que pueden volver a contratarse en las próximas jornadas, cuando «los bomberos se desplacen a otros sectores de las instalaciones donde todavía hay focos activos de fuego». Al no poder acceder al interior, el agua ha de lanzarse desde fuera, pero para ser efectivos «es preciso retirar todos los obstáculos entre las mangueras automáticas y las llamas».

Asimismo, han creado unos viales de seguridad para acceder a las naves que se salvaron, el secadero de jamones y los edificios de absorción y cogeneración. Allí está permitido el acceso al personal bajo la responsabilidad y control de Campofrío. En servicios generales, situado entre el sector de fabricación de embutidos y loncheados y el de cocidos, se permite el acceso previa supervisión del servicio de bomberos. El movimiento de vehículos y peatones está asegurado mediante un vallas, cinta de balizar y conos en la calzada.

Ya han comenzado a estudiarse las zonas que se encuentran menos afectadas por las llamas, y que se estiman «más seguras» para acceder al interior de la planta. Ahora el cometido de los bomberos pasa por garantizar el acceso a esas partes de la planta que ya no tienen tanto peligro. «La voluntad del Ayuntamiento pasa por dar facilidades a la empresa», según explicó ayer el vicealcalde de Burgos, Ángel Ibáñez.

Hay lugares de la fábrica que siguen ardiendo y desprendiendo humo. La imposibilidad de entrar -por la poca estabilidad de la estructura- dificulta las labores de extinción, que podrían alargarse todavía unos días. Los bomberos siguen desplazando a la fábrica una dotación y media (10 efectivos y dos o tres camiones, dependiendo de la disponibilidad), cuya principal misión es extinguir por completo las llamas.