¿Falso por decreto?

R. Pérez Barredo / Burgos
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Un mes después de que los expertos dictaminaran in situ que el claustro de Palamós era una pieza románica «original», la Generalitat de Cataluña hará público un documento en el que afirma que se trata de una copia

El claustro está junto a la piscina de la finca privada de Mas del Vent, propiedad de la familia alemana Engelhorn. - Foto: REUTERS

Sancho, huele, y no a ámbar, le espetó don Quijote a su escudero después de que éste, preso del pánico por el ruido de los batanes, se hiciera de cuerpo al raso de la noche en uno de los pasajes más memorables y desternillantes de la obra de Miguel de Cervantes. Tampoco huelen bien las últimas noticias sobre el claustro presuntamente románico aparecido hace mes y medio en una finca privada en Palamós. Según publicó el sábado El País, la Generalitat de Cataluña ya tiene un veredicto sobre la polémica galería: es falso, una lograda imitación de aquel fascinante arte medieval, pero más falso que una moneda de madera.

El dictamen, de entrada, resulta chocante, máxime cuando horas después de que la legión de técnicos que pudieron verlo in situ el pasado 8 de junio concluyera se trataba, sin duda, de una obra original. Uno de los principales expertos en románico de España, José María Pérez, Peridis, a la sazón presidente de la FundaciónSanta María la Real (nada menos que un centro de estudios sobre este arte), añadió, además, que se trataba de un complejo arquitectónico «de máxima importancia».

¿Cómo es posible que ahora se diga lo contrario? Quizás la respuesta haya que buscarla en el origen del tufillo que hubiese mancillado la delicada nariz del Caballero de la Triste Figura: según ha desvelado El País, en la comisión técnica designada por el Gobierno catalán para desvelar el misterio del claustro de Palamós, compuesta por una decena de personas, no hay ningún experto en románico castellano. Una contradiccción como un campanario, ya que todas las teorías surgidas desde que su existencia saltara a la opinión pública apuntaban a un origen castellano por su estilo y factura.

Tan es así, que el propio periódico que destapó el asunto circunscribió el claustro a un marco geográfico concreto en un triángulo entre Burgos, Segovia y Palencia, siendo la primera provincia la que más papeletas tenía para ser la ‘madre’ de esa joya arquitectónica por las enormes semejanzas que guarda con el claustro de Santo Domingo de Silos, y a un siglo determinado: el XII, época de máximo esplendor de este maravilloso arte.

También Gerardo Boto, el profesor de Historia del Arte que destapó el asunto, aseguró que la galería era auténtica. Quienes lo vieron en aquella jornada tuvieron tan clara la autenticidad del claustro que coincidieron en la necesidad de que se aprobara rápidamente su protección declarándolo Bien Cultural de Interés Nacional en tanto se estudiaba su origen, del que nada se sabe antes de 1931, año en el que existe la primera referencia contrastada después de que fuera adquirido por el anticuario Ignacio Martínez y montado en un solar del barrio madrileño de Ciudad Lineal.

Fuentes consultadas por este periódico consideran una contradicción el veredicto filtrado por el rotativo nacional antes citado y sospechan que podría estar ‘dirigido’ por la Generalitat -a pesar de que en esa comisión hay reputados técnicos de reconocido prestigio de lo que no se entendería que se dejaran manipular por intereses políticos-.

Estas mismas fuentes dudan mucho de que Gerardo Boto, el hombre que desveló la existencia del claustro, esté equivocado, «ya que es una verdadera eminencia en arte románico».

las teorías. Son muchos los lugares que han ‘reclamado’ la paternidad de este claustro. La pasada semana, este periódico se hizo eco de la penúltima, que vincularía al claustro de Palamós con San Pedro de Arlanza.Sin embargo, hay otros sitios que tienen más posibilidades de ser el origen de la galería -si es que es verdadera-.Así, uno es el monasterio benedictino de San Pedro de Gumiel de Izán, del que apenas quedan unas pocas piedras. Otro cenobio burgalés del que podría proceder es el de SanAntón, en Castrojeriz.

El monasterio de San Cristóbal de Ibeas de Juarros, del que no queda nada, también ha sido contemplado por los estudiosos, además del monasterio de San Agustín de Benevívere, en la localidad palentina de Carrión de los Condes, y el segoviano de Santa María de la Sierra, en Collado Hermoso.

Cuando el dictamen de la Generalitat se haga público no se habrá cerrado la historia. En todo caso, un capítulo más de una de las noticias del verano, fascinante como pocas.