Cajacírculo vota en un clima enrarecido su transformación en Fundación

G. Arce / Burgos
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Cien empleos y 43 millones de patrimonio. La nueva institución se nutrirá de los dividendos que genere el 3,5% en el capital de Ibercaja y de las actividades empresariales, entre ellas la gestión de las viviendas de la Constructora Benéfica

La presidencia en una de las últimas asambleas generales. - Foto: Valdivielso

Cajacírculo pone hoy punto y final  a sus 104 años de historia como entidad de ahorros en un clima enrarecido por la renuncia al cargo de su último presidente, Vicente Ruiz de Mencía, y con la exigencia de constituir con el respaldo mayoritario de la Asamblea General (dos tercios de los asistentes)la Fundación encargada de gestionar su Obra Social. Si en algo hay acuerdo en las convulsas últimas horas es que la peor salida a esta grave crisis institucional sería no lograr esta tarde la aprobación del proceso y dejar en manos de la Junta de Castilla y León la designación de una comisión gestora que lo tutele.  

La Asamblea debe examinar y votar la creación de una Fundación que gestionará la totalidad de la Obra Social de Cajacírculo y también las actividades empresariales promovidas por la Dirección General «para darla viabilidad». Éstas se concretan, principalmente, en la Constructora Benéfica del Círculo Católico (también está operativa la de Cajacírculo), que posee un amplio patrimonio en pisos y locales en alquiler repartidos por toda la capital y los pueblos de la provincia.

La Fundación se nutrirá económicamente de los recursos propios de esta actividad y de los dividendos que genere la participación en el 3,5%del accionariado de Ibercaja Banco. Se estima que el patrimonio de arranque de esta institución es de 43.117.000 euros. Además, alrededor de un centenar de empleos dependerán de ella.

Según los cálculos de la Dirección General, esta actividad empresarial y los dividendos de Ibercaja permitirán «asumir en su integridad todos los gastos de personal de la Fundación y otros gastos generales, de manera que no se detrae un solo céntimo de la Obra Social».

El patronato, máximo órgano de gobierno de la Fundación, se compondrá inicialmente por los  miembros del Consejo de Administración de Cajacírculo, aunque en un plazo de 4 meses deberán elegirse a unos patronos de acuerdo a los criterios que marca la normativa regional. Representarán, en una proporción similar a la que rige el Consejo de Administración, a los grupos de impositores, la entidad fundadora (Círculo Católico), las corporaciones municipales, las Cortes de Castilla y León, las entidades de interés general y los empleados.

En el caso de que esta tarde no hubiese acuerdo y la Junta, entidad tutelante de las fundaciones de carácter especial, se viese obligada a intervenir en este proceso, se elegiría a una comisión gestora entre los miembros del Consejo de Administración inscritos en el Registro de Altos Cargos de las Cajas de Ahorros de Castilla y León.

Cese

En la Asamblea General de hoy se debería haber producido el cese «por imperativo legal» del presidente de Cajacírculo (que pasaría a ser presidente del patronato). Por este motivo, en una nota hecha pública ayer, la Dirección General de la entidad, encabezada por Luis Bausela, recibió con «gran sorpresa» la renuncia de Ruiz de Mencía. Añadió su profunda discrepancia con las manifestaciones del expresidente «que alientan o amparan confusiones, malos entendidos, así como opiniones no contrastadas, sesgadas, parciales y que no se ajustan a la realidad».

Recuerda Bausela que los estatutos que Ruiz de Mencía rechaza  «obedecen a un largo y complejo proceso de deliberación y acuerdos tomados por el Consejo de Administración de Cajacírculo, con la conformidad del Consejo del Círculo, y se adaptan en todo momento a la legalidad vigente».

«Nacen, por tanto, en el foro idóneo, que es la propia entidad, y en el marco de los análisis exhaustivos y detallados, de los datos objetivos y contrastados, de las conversaciones, asesoramientos precisos e intercambio de opiniones de las personas legitimadas para ello, que son los propios consejeros. Se hace imprescindible, en consecuencia, el respeto a sus decisiones, y al juego democrático que implica aceptar lo que una mayoría quiere y establece», dice el comunicado, que concluye pidiendo «mirar al futuro con energía y confianza para garantizar la viabilidad del proyecto».

Con la creación de la Fundación, desaparecen los máximos órganos de gobierno de Cajacírculo, el mismo proceso que vivió hace un año Caja de Burgos.

Sorpresa

La renuncia de Vicente Ruiz de Mencía dos días antes de la Asamblea pilló por sorpresa a muchos de los consejeros, que desconocían las discrepancias que se han gestado en la cúpula en estos dos años de reestructuración de la Caja.

Según las opiniones recabadas por este periódico, mientras unos respaldan al presidente saliente en su crítica al sueldo del director general de la Fundación -a su entender, desproporcionado a los fines sociales de la misma- y en su advertencia del peligro que corre la viabilidad del Círculo Católico; otros mostraban su rechazo a que una decisión personal del presidente «ponga en riesgo el proceso constituyente de la Fundación».

Entre estos últimos se argumentaba que el sueldo de los directivos, fijado en los buenos tiempos de la caja de ahorros de acuerdo a las circunstancias de entonces, no fue nunca abordado en las reuniones del Consejo, mientras que, aseguran, en varias ocasiones se trató el deseo del presidente saliente de que no hubiese el límite de edad de los 70 años para poder encabezar él el nuevo proyecto.

Ruiz de Mencía, que según él mismo indica contaría en este proceso con el respaldo a sus tesis por parte de Ibercaja, quiso dejar claro en su renuncia que no eran sus ambiciones personales las que desencadenaban esta crisis. Es más, apuntó que en dos ocasiones anteriores estuvo a punto de presentar la dimisión ante las discrepancias con la Dirección General sobre el desarrollo de los procesos de integración.