Aranda pierde más de 1.700 vecinos de entre 20 y 40 años

A. del Campo
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Los porcentajes de menores de edad no han variado mucho desde 2011 y el número total de habitantes tampoco. Hoy la franja mayoritaria en la villa es la de personas entre 40 y 50 años

A pesar de la leve pérdida de población (de más o menos un tres por ciento) que ha sufrido Aranda en los últimos años, se puede decir que el número de habitantes en la capital ribereña se mantiene estable desde 2011 e incluso ha ganado población, no demasiada, en la última década. Ahora bien, si se analizan los datos demográficos por edades se descubre una tendencia que, por lo menos a la larga, puede ser preocupante. Desde que se estabilizara el número de arandinos en torno a los 33.000 en el año 2011, la cifra de empadronados de entre 20 y 40 años se ha reducido en 1.748. O lo que es lo mismo, esta franja de edad ahora representa a un 5,46 por ciento menos de la población total. 

Para que se mantenga el número global de inscritos en el censo municipal, esta pérdida de jóvenes se compensa con el aumento de mayores de 50 años. Este colectivo ha aumentado casi lo mismo que ha disminuido el de personas de entre 20 y 40 años. Desde 2011, en Aranda los nacidos antes de 1968 han aumentado su número en 1.750 personas, es decir, su peso en el padrón ha crecido un 5,74 por ciento. Los números coinciden casi exactamente con la pérdida de vecinos de entre 20 y 40 años: un total de 1.748.

Las franjas de edad que más han aumentado su población, todas ellas en más de 400 personas y en más de un uno por ciento su importancia dentro del padrón, son las que van desde los 50 hasta los 80 años, por lo que cada vez hay más trabajadores mayores, personas a punto de jubilarse o pensionistas y esto choca frontalmente con la pérdida progresiva de empleados de corta edad. Dentro de los 1.748 perdidos, 790 son de entre 20 y 30 años y 958 de entre 30 y 40. Por lo que si sigue la fuga de los que potencialmente serían los nuevos trabajadores mientras aumentan los que se acercan a la jubilación, Aranda corre el riesgo de que en pocos años tenga muchos más  pensionistas que posibles cotizantes.

La tendencia de que las personas jubiladas superen a las trabajadoras ya amenaza con fuerza a algunas poblaciones de Castilla y León, pero hasta ahora la capital ribereña se ha resistido. En la actualidad la franja de edad mayoritaria en Aranda es la de personas de entre 40 y 50 años, que representan un 15,94 por ciento del total. Además, este número se mantiene estable desde 2011. A continuación aparecen los vecinos de entre 50 y 60 años, un 14,43 por ciento, y los de entre 30 y 40, un 13,13 por ciento. Aunque hay que recordar que estos dos últimos presentan dos evoluciones muy distintas.

La mejor noticia para la capital ribereña es que desde 2011 mantiene más o menos estable su número de nacimientos y de menores de edad. Actualmente, y según los datos facilitados por el Ayuntamiento a 24 de octubre de 2017, en Aranda hay 3.187 menores de 10 años, que representan un 9,5 por ciento de la población. En cuanto al número de adolescentes, este también permanece sostenido en el tiempo y hoy son 3.146, un 9,38 por ciento del padrón, los censado de entre 10 y 20 años. El problema viene cuando superan estas franjas de edad, en las que todavía conviven con sus núcleos familiares, y les toca empezar a estudiar o trabajar. Es entonces cuando los arandinos empiezan a dejar la comarca en busca de  formación universitaria o mayores ofertas de empleo.

En el otro extremo de la pirámide de población, los mayores de 80 años también mantienen su cifra de empadronados en unas cantidades poco cambiantes desde 2011. Además, hoy no representan ni un siete por ciento de la población total de Aranda. El salto se encuentra justo en la franja anterior, ya que son los arandinos de entre 70 y 80 años los que más aumentan en el registro municipal hasta ocupar el 8,9 por ciento del total.