Castilla y León ha alcanzado el "cumplimiento pleno" en la gestión de residuos urbanos al disponer del 100 por cien de las infraestructuras necesarias para este acometido, según ha señalado este martes el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Antonio Silván, quien ha firmado en la capital burgalesa el convenio para la ampliación del vertedero de Abajas.
El consejero ha explicado que la Junta ha destinado 344 millones de euros a la gestión de residuos urbanos en los últimos años y ha recordado que Comunidad dispone en la actualidad de doce centros de tratamiento, diez depósitos de eliminación de rechazos, 50 plantas de transferencia y 120 puntos limpios. Asimismo, ha reiterado que el sector de residuos genera 10.000 empleos en el marco regional, situando a Castilla y León como la quinta comunidad autónoma con mayor generación de puestos de trabajo en este ámbito.
De hecho, la gestión de residuos en la Comunidad se ha convertido en la actividad de mayor peso en el empleo de actividades económicas vinculadas al medio ambiente, concentrando más de una cuarta parte del empleo verde total del conjunto nacional. Para Castilla y León, donde se contabilizaron 527 instalaciones para el tratamiento de residuos y 1.697 transportistas en 2013, la gestión de estos residuos aporta un dos por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) regional.
Vertedero de Abajas. Para mejorar ese posicionamiento y solventar las deficiencias existentes, el consejero de Fomento y Medio Ambiente; el alcalde de Burgos, Javier Lacalle; el presidente de la Diputación Provincial, César Rico; y su homólogo del Consorcio para el Tratamiento de Residuos de la provincia, Víctor Escribano, han firmado el convenio para la ampliación del vertedero de Abajas, cuyo objetivo es mejorar las infraestructuras y gestión del depósito controlado de residuos de Abajas para mejorar su eficacia, eficiencia y sostenibilidad en la gestión continuada de residuos.
Estas obras, demandadas desde hace años, cuentan con una inversión de 4,2 millones de euros, cofinanciados por las diferentes administraciones adheridas al convenio, y supondrán el sellado del actual vaso de vertidos y la construcción de un nuevo vaso.
El sellado del actual vaso, que contempla la impermeabilización de la infraestructura, su drenaje, cubierta y gestión, supondrá una inversión de 1,6 millones de euros y será financiado en su totalidad por el Ayuntamiento de Burgos.
Por su parte, la construcción del nuevo vaso costará 2,6 millones de euros, de los que el 70 por ciento serán aportados por el Consorcio para el Tratamiento de Residuos de la provincia y el 30 por ciento restante por la Junta, que realizará su gestión y mantenimiento de su vida útil, estipulada en quince años.