Hacienda localiza con fotos aéreas 1.800 propiedades con el IBI sin actualizar

diariodeburgos.es
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Trabajo de chinos. La Inspección de Servicios y una empresa especializada llevan año y medio buscando 'gatos' en el padrón

El programa utilizado ‘marca’ con círculos las propiedades donde aprecia que se han producido ‘cambios’ sujetos a revisión. Esta es la imagen del centro. - Foto: Ayuntamiento de Burgos

La dependencia de la economía municipal del Impuesto de Bienes Inmuebles es total. Uno de cada cuatro euros que recolectan las arcas locales (48 millones en 2013) proviene de un gravamen que es también el que mayor impacto tiene sobre los ‘clientes’ del área que dirige Salvador de Foronda. Sin embargo, y a pesar de su trascendencia, mantener el padrón de cobro actualizado es trabajo metódico al que no siempre se le ha prestado la debida atención.

Cada modificación, de extensión o de uso, de un inmueble requiere una revisión del valor catastral o, en el mejor de los casos, de los tipos que deben aplicarse al impuesto, ya que no es lo mismo gravar una finca rústica que una instalación industrial productiva. También ocurre con los locales; no se paga igual si se trata de una lonja sin uso que si hay una actividad comercial en el interior. Así que imaginen lo que implica tener controlado y actualizado cada uno de los cambios que se producen en todo el término municipal. Si pasan años sin que esto se ponga al día, las cifras cantan.

En enero de 2012 Hacienda decidió lanzar un plan coordinado entre la Inspección de Servicios y la empresa Información del Territorio, que además de estar acreditada para realizar este tipo de trabajos, es la que hizo las ponencias para el Catastro en 2010. El objetivo era cruzar los datos que obran en poder de unos y otros y determinar cuántas propiedades no están pagando lo que deberían desembolsar conforme a las ordenanzas vigentes. Eso, claro, no es sencillo. El recurso primordial ha sido la comparativa de fotografías aéreas de toda la ciudad tomadas con varios años de diferencia, pero no ha sido el único.

Entre otros medidores, se han comprobado los expedientes de Obras, se ha hecho un trabajo a pie de campo y se verificaron las variaciones en el consumo de energía de cientos de propiedades. La consecuencia es que a los propietarios de 608 inmuebles ya se les ha girado la correspondiente notificación para advertirles que en los últimos años no han ‘cotizado’ a la causa de la ciudad lo que deberían, y que en consecuencia les corresponde ponerse al día.

El valor catastral de esos 608 enclaves ‘fantasma’ para el padrón es superior a los 54 millones de euros. 233 son de nueva construcción y 375 fueron modificados. De todos ellos, 498 son de tipo residencial, 65 industriales y 45 de perfil comercial. La deuda reclamada por el desfase asciende a 541.000 euros que pronto serán más.

En el segundo barrido (que alcanza a los años más recientes) ya se han detectado otros 1.156 casos. Tan pronto como se culmine la contraposición de lo que pagan (que en ocasiones es nada) con lo que deberían, recibirán el afectuoso apercibimiento de pago desde la Concejalía de Hacienda.

«Hay lugares que no estaban ni siquiera contemplados en el padrón y otros a los que simplemente no se les ha revisado. Trabajamos en todos los frentes; tanto las omisiones como las actualizaciones», advierte De Foronda.

Cada vez que se detecta un caso se envía al Catastro para que certifique el ‘nuevo’ valor de la propiedad a revisar y, una vez recibido el visto bueno, se tramita el pago desde dependencias municipales con una retroactividad media de 2,5 años (no todos los casos tienen la misma antigüedad).

Lo curioso es que hay propiedades (como demuestran las fotografías que hay sobre estas líneas) que pasarían por tener cualquier condición menos la de ‘fantasma’. Entre los ejemplos pendientes de ponerse al día que cita De Foronda se encuentran el Mercado Sur, los nuevos depósitos de CLH en Cortes o naves industriales completas, por citar algunos.

Paralelamente, y dentro del mismo proceso, se está procediendo a actualizar el pago del impuesto de Plusvalías correspondiente al año 2009. Esto se debe a que la revisión castatral, en este caso, se hizo aquel año con valor de 2010, de forma que a las transmisiones efectuadas en 2009 no se les pudo liquidar conforme al valor que tenían por entonces. Las cifras (todavía por cerrar) serán menores, pero de esta forma quedará repasado todo el último lustro de fiscalidad local antes de que prescriba.