Baja ligeramente el uso de los PIN, que podrían cambiar

A. G. / Burgos
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El concejal de Festejos, José Antonio Antón, achaca la pérdida de «algo menos del 10%» de los usuarios al calendario: el puente que hubo en fin de año y que el día 5 fue sábado

Los PIN - Foto: DB/Ángel Ayala

Las 15.800 entradas que se vendieron en los dos Parques Infantiles de Navidad (PIN) instalados en la ciudad del 26 de diciembre al pasado 5 de enero supusieron un «ligero descenso de menos del 10%» con respecto a las del año pasado, según explicó ayer el concejal de Festejos, José Antonio Antón, que se planteó el hecho de que quizás «este año o el que viene» se pueden estudiar algunas modificaciones a esta forma de ocio que ya lleva 13 años implantada en la ciudad durante las fiestas navideñas.

En cualquier caso, explicó que este ‘bajón’ no está vinculado en modo alguno a la crisis económica sino, simplemente, al calendario, ya que fin de año cayó en puente y el día 5, víspera de Reyes, fue sábado, lo que provocó que quizás muchas familias se trasladaran a otras localidades.

El PIN ubicado en el Polideportivo Javier Gómez vendió 7.300 entradas y 8.500 el Mariano Gaspar, en  el barrio de Gamonal, lo que para el edil conforma «un balance positivo» que no le impidió reflexionar a propósito de que los PIN son «una fórmula que todavía funciona» pero que no estaría de más recibir ofertas diferentes de las empresas que los gestionan.

Como se recordará, el objetivo de estos parques es ofrecer actividades de ocio a los niños durante el periodo de vacaciones. Por un módico precio, los más pequeños  han podido realizar diferentes actividades y juegos, participar en concursos de redacciones y dibujos y ver actuaciones en directo. Como todos los años, lo más solicitado fue la cama elástica en la que los niños saltan sujetados por arneses y las videoconsolas y juegos de pantalla.

Los Parques Infantiles de Navidad están equipados con todo tipo de comodidades: tienen calefacción, una cafetería donde los mayores pueden tomar algo mientras las criaturas se divierten (también pueden jugar al futbolín y a otros entretenimientos) y un personal formado en el trato con los pequeños, todo ello por el módico precio de dos euros.