La «singularidad» del proyecto, unida a la experiencia local en el campo de la gastronomía sostienen la confianza del Ayuntamiento en conseguir que Burgos se convierta en Ciudad Creativa de la Gastronomía, título que concede la Unesco y que tan solo tienen siete poblaciones en todo el mundo. El plazo de presentación de candidaturas acaba el próximo 15 de julio, pero la de la capital estará lista a mediados del próximo mes, con tiempo suficiente por si hubiera que corregir errores.
Para ello y antes de esa fecha, viajará a París una delegación del Plan Estratégico, coordinador de la iniciativa, con el fin de dar a conocer el proyecto local al embajador de España ante el organismo internacional. No obstante, la decisión de este no se conocerá hasta finales de año, según avanzó ayer el concejal de Cultura y Turismo, Fernando Gómez, que aseguró desconocer si habrá más candidaturas nacionales y admitió la «exigencia» de entrar en esta red exclusiva compuesta por Popayán (Colombia), Chengdú y Shunde (China), Jeonjú (Corea del Sur), Östersund (Suecia), Zhale (Lïbano), Florinapolis (Brasil).
Muestreo
Gómez mostró su confianza en la temática del proyecto elegido, la evolución, como elemento diferenciador. Bajo el título Motores Humanos, el Consistorio plantea la vinculación entre la alimentación y el gasto energético de cada individuo, para lo cual cuenta con la implicación de entidades como el Centro Nacional de Investigación de la Evolución Humana (CENIEH), la Universidad de Burgos y el Colegio Oficial de Médicos, que se ocuparán de su estudio. También colaborarán la hostelería, a través de la elaboración de menús especiales que podrán presentar en sus cartas, y la ciudadanía, mediante la realización de un muestreo por grupos de edad y hábitos de vida (sedentarios o deportistas). A todos ellos, se sumarán los productores mediante la elaboración de un plan de industrias creativas.
«Es un proyecto en el que queremos que esté implicada toda la ciudad porque es uno de los factores de éxito de cuántas iniciativas hemos hecho», precisó Gómez, que consideró que «aún es pronto» para hablar de una valoración económica de la actuación pero que en ningún caso supondrá un desembolso por parte del Plan Estratégico. Lo que sí que tratará de conseguirse es el patrocinio de la industria agroalimentaria local.
Los distintos agentes que participan en el proyecto se repartieron ayer las tareas con el objetivo de que todos los datos estén recopilados antes de que finalice este mes de mayo.