Se ha mantenido el nivel a pesar de los recortes

Israel García-Juez
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El secretario de Estado del Deporte afirma estar impactado por lo que hizo el Sevilla y no por lo de la FIFA

Miguel Cardenal es el presidente del Consejo Superior de Deportes, con rango de secretario de Estado, pero en la vida civil es catedrático de Derecho del Trabajo. Escuchándole en el desayuno deportivo organizado por Europa Press más parecía que se quería despedir de las zarandajas políticas y volver a su cátedra y ello a pesar de que no quiso comentar qué le parecía la huelga que algunos clubes y futbolistas intentaron llevar a cabo tras la aprobación de su ley estrella: la del deporte. Que permitirá que los alevines y los clubes más modestos se repartan la tarta de la publicidad televisiva más ecuánimemente sin que los primeros espadas dejen de ingresar el pastizal que ya obtenían. 
Cardenal estaba preocupado porque los recortes hubieran afectado al rendimiento de los deportistas españoles, pero más bien al contrario, pues los atletas trabajan mejor bajo presión. Bromas aparte, confía en que en Río obtengamos al menos 21 medallas (estos anuncios son siempre peligrosos) y recordó que no era razonable que en las épocas de bonanza fuera cuando más endeudado estaba el deporte español. Cuando hablamos de deporte en España, quiere decir fundamentalmente fútbol pues todo lo demás es paisaje aunque tengamos baloncestistas, ciclistas, tenistas, piragüistas y jefes de pista que nos demuestran que existen cientos de miles de disciplinas deportivas. Habló el secretario de Estado del Deporte de la importancia de incorporar patrocinadores, como forma de potenciar todas las actividades y destacó con agrado cómo muchos deportistas se han convertido en prescriptores de productos y servicios e incluso de protagonistas de la prensa del corazón. Afirmó que no tenemos problemas ni con la violencia ni con el dopaje y por ello no le entra en su amplia cabeza que nadie vaya a pitar o silbar al Rey o a la bandera española cuando se celebran encuentros multitudinarios. Pues los que están a favor de estos signos institucionales pueden verse gravemente ofendidos. También aplaude la llegada de inversores extranjeros para comprar equipos españoles, y no los piernas que venían antes, y criticó con dureza a Ada Colau, pues uno de cada cuatro turistas que nos visitan lo hace por motivos deportivos. Por si no lo saben la pizpireta candidata de Podemos en Barcelona quiere quitar la subvención a la F1 para dárselo a los comedores sociales. Que está muy bien, pero renta poco.
Recordó las palabras de Samaranch cuando le advirtió: «con el fútbol no te metas», y no quiso hacer un solo comentario sobre el escándalo de la FIFA que no es más que confirmar algo que todos sospechábamos. Parece que Ángel María Villar no está imputado, pero le han llamado a declarar no vaya a ser que sepa algo más de lo que pueda parecer. En un salón que se quedó pequeño para tan magno acontecimiento, pudimos ver casi de todo. Al presidente de la asociación de futbolistas profesionales, Luis Rubiales, que ha tenido fuertes enganchadas con el protagonista de nuestra crónica o Miriam Blasco que fue la primera medalla de oro femenina y encima judoka. Jesús Carballo escuchaba con interés la propuesta de que se destinen parte de las subvenciones al deporte para pagar a la Seguridad Social y así los practicantes profesionales puedan tener derecho a una pensión tras una vida deportivo de enormes sacrificios. Miguel Carballeda, además de presidente de la ONCE, es presidente del Comité Paralímpico y no podía perderse este encuentro como tampoco el periodista de TVE Jesús Álvarez con su habitual y elegante vestimenta. Cayetano Martínez de Irujo con su cara de simplón sonreía a todo el mundo mientras que Bernardino Lombao, entrenador de balonmano, a sus más de 70 años parecía un chaval. El hombre que convirtió a Aznar en una máquina de músculos me confesó que el secreto consiste en hacer ejercicio, pero sobre todo hay que cuidar la alimentación. Quizá por ello se cuida el bigote, pero no lo mueve como el resto de los mortales que tenemos que estarnos pegando con la báscula todos los días. Mercedes Coghen es encantadora y una mujer con un innegable atractivo. El problema es que desde que dejó el hockey sobre hierba cada vez que ve un charco con un cable pelado mete inexorablemente sus piececitos. Solo así se entiende que esté la mujer imputada en el caso Bankia a costa de las tarjetas y al mismo tiempo el fiscal Horrach la persiga en una pieza separada del caso Noos. 
Hay muchas más personas que acudieron al encuentro, cuyos nombres desconozco, pero sí les contaré que parecía una verdadera convención de superhéroes, pues podías ver a mujeres extremadamente altas, hombres desproporcionadamente musculosos y gente que al observarla detenidamente percibías que tenían raras habilidades. Eran capaces de levantarse de la silla de un salto, coger varios bollos a la vez o contorsionar su cuerpo para salir del salón sin tocar ni empujar a nadie.