Cameron ya tiene su pregunta

Agencias
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«¿Debería seguir siendo el Reino Unido miembro de la Unión Europea?» es la cuestión que planteará Londres a los británicos en el referéndum sobre la permanencia en la UE de 2017

 
 
Un día después de que la reina Isabel II oficializase el referéndum programado por el primer ministro británico, David Cameron, sobre la permanencia del país en la UE y que se celebrará antes de que acabe 2017, el Gobierno conservador cerró ayer la pregunta que prevé plantear a los ciudadanos en la consulta, que marcará la relación entre Londres y el resto del continente: «¿Debería seguir siendo el Reino Unido miembro de la Unión Europea?». La ley que promoverá el Ejecutivo conservador incluye la propuesta de pregunta sugerida por la Comisión Electoral, en contra del borrador elaborado previamente por un grupo de tories, que había sugerido: «¿Crees que el Reino Unido debería ser miembro de la Unión Europea?».
El organismo entendió que dicho planteamiento podía confundir a los votantes, ya que podían interpretar que el país, actualmente, no forma parte del bloque comunitario.
Está previsto que los británicos se pronuncien sobre cuál debe ser su relación con el grupo antes de que finalice 2017, pero no se descarta que la consulta se pueda adelantar al próximo año. 
A la espera de que se cierren los detalles sobre el referéndum, Cameron no quiere perder tiempo y ya ha iniciado contactos con líderes de la UE. El pasado martes se reunió con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para intentar definir una serie de reformas que Londres pretende que se lleven a cabo en el seno del Viejo Continente para favorecer al Reino Unido, pero también al conjunto de los Estados. Duramente criticado durante sus cinco años de legislatura por su oposición continua a las propuestas de Bruselas, intentará, esta vez, actuar con más diplomacia con sus socios, con el fin de intentar alcanzar un consenso que le ayude en su empresa.
Así, ayer arrancó una gira con una reunión con su homólogo holandés, Mark Rutte, y el presidente francés, François Hollande, y hoy proseguirá su viaje en Polonia y Alemania, donde se citará con sus jefas de Gobierno, Ewa Kopacz y Angela Merkel, respectivamente.
El premier quiere sondear el terreno antes de convocar la consulta y ver cómo están los ánimos entre las naciones. «Habrá altibajos», pronosticó hace una semana en la cumbre de Riga, donde no precisó qué es lo que busca con exactitud.
Lo que pretende el mandatario es impulsar una serie de reformas en el bloque, si bien esta iniciativa topa con la resistencia política de algunas de las potencias comunitarias.
Su objetivo principal es proteger su sistema financiero nacional ante una mayor integración de la zona euro. Además, también cree que es necesario hacer reformas en la cuestión migratoria. De hecho, en este punto, el Gobierno británico se ha opuesto claramente a acoger a refugiados en el sistema de distribución de sin papeles propuesto esta semana desde Bruselas.
«El primer ministro tiene planes muy claros que presentar a sus homólogos», indicó el ministro de Exteriores, Philip Hammond. Eso sí, también lanzó una severa advertencia: «Si nuestros socios no están de acuerdo con nosotros, no trabajan en un cambio de los tratados, entonces nada está descartado», precisó.
«Confío en que negociaremos un paquete sustancial de reformas de la UE para el pueblo británico», agregó, porque, según indicó, sin estos ajustes, no se podrá convencer a los electores «para que opten por quedarse en la Unión Europea».