La Guardia Civil, con el respaldo de la Policía francesa, detuvo ayer a una presunta colaboradora de ETA y a su pareja en la localidad gala de Biarritz, en el marco de un dispositivo conjunto, denominado operación Brique, llevado a cabo contra el aparato técnico-logístico de la banda, puesto en marcha por los terroristas en 2014, según informó el Ministerio del Interior a través de Twitter.
Así, tras realizar un amplio registro en la vivienda, los agentes hallaron un importante depósito de armas cortas y bidones de material para la fabricación de explosivos, presuntamente pertenecientes al grupo terrorista. La mayor parte del arsenal fue localizado en el garaje y no escondido en un zulo, por lo que la inquilina, de nacionalidad francesa, a la que se acusa de colaborar con ETA, fue arrestada junto a su pareja.
El material encontrado en el domicilio es inferior al localizado en otras grandes operaciones, como fue el hallazgo de un caserío en la localidad guipuzcoana de Legorreta donde el comando Erreka guardaba armas y unos 1.600 kilos de explosivos. No obstante, los investigadores señalan que se trata de uno de los pocos almacenes que le quedaban a la banda con material en buen estado.
El lugar registrado es una casa solariega llamada Villa Cambarre en Biarritz. Según vecinos de la zona, en los últimos años había estado habitada por un matrimonio con hijos, aunque en el pasado perteneció a un alcalde del municipio francés. En torno a esa zona, cerca de la playa, se desplegó un gran número de efectivos de las autoridades galas.
NEGOCIAR CON EL GOBIERNO. Por su parte, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, valoró con una advertencia a ETA la operación Brique: «Si no nos entregan las armas, se las quitamos nosotros». «Si no se disuelve por las buenas, se disolverá por las malas. Si en algún momento pensaba que iba a negociar con el Gobierno tomando como baza los explosivos que tenía, que sepa que se los vamos a quitar», aseveró.
Además, a su juicio, este operativo demuestra que, «mientras la banda no se disuelva, el Estado de Derecho no está en suspenso». Sin embargo, el ministro eludió responder a la pregunta de si la casa en la que se encontraba el arsenal tiene algo que ver con el paso por España de los verificadores internacionales a los que ETA usó para escenificar un amago de desarme.